Capítulo 18

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Domingo 19 de junio.

8:30 a.m.



Estaba con nervios esperando a Adam, quien había quedado de pasar por mí a las 9:00.

Había llegado el momento de decirle que debíamos de terminar, pero no sabía cómo hacerlo. Así que solo dejaría que pasara y fluyera como debería de hacerlo.

Me encontraba de pie frente al gran ventanal de mi habitación que daba a la entrada de la casa, el ruido de un auto apareció, entonces supuse que era él. Si en efecto lo era.

Una de las empleadas entro a mi habitación para avisarme.

—El joven Sinclair está esperándola señorita.

Di un leve asentimiento y me giré sobre mis talones, extendí mi mano y la mano de ella tomó la mía para llevarme a la planta baja.

Cada paso que daba me llenaba de nervios, —¿y si nada salía bien? — era la pregunta que invadía mi cabeza cuando bajaba cada escalón.

Entonces mis nervios me traicionaron al estar en el gran pasillo.

Mis piernas me empezaron a tambalear, mis manos me empezaron a sudar y a temblar un poco, sentía que cada paso que daba era cómo si fuera directamente a mi muerte. Cosa que me parecía tan patético. No sabía en dónde había quedado la April decidida que no le tenía miedo a nada en este momento.

—¿Se encuentra bien señorita?

La chica del servicio me pregunto al notar mi nerviosismo rebozar por mis poros.

—Sí, estoy bien. Solo es mi primera cita y me siento nerviosa por eso. Nada del otro mundo —sonreí tratando de convencerme de que todo estaba bien—

—Pero ya has tenido citas con le joven Cassano —pronunció— no debería de darte tantos nervios, solo disfruta el momento.

¿Citas? Bueno, puede que sí. Aún que nunca tuvimos una cita que haya sido planeada, ¿o si lo hicimos?

—Con Dante solo hemos salido como amigos —le regalé una sonrisa—, pero gracias por el consejo.

Sí. De algo me tendría que servir más adelante.

Di unos pasos más y escuché la gran puerta en la entrada de mi casa abrirse, entonces me preparé para bajar el escalón que se encontraba a solo unos pasos y así lo hice. Lo bajé sin ningún problema y agradecía poderlo hacer.

La chica soltó mi mano y demostrando toda mi confianza ante Adam, quien se supone que estaba frente a mí en este momento.

—Buenos días, estás hermosa.

Oí su voz y sonreí por el cumplido.

—Buenos días —extendí mi mano en su dirección y él la tomó—

Sujetando su mano di unos pasos al frente y luego giré sobre mis talones para quedar frente a la chica del servicio que suponía que aún estaba ahí.

—Gracias.

Pronuncié y solo esperé unos segundos para recibir su respuesta.

—Para servirle señorita.



...



El viento daba directamente en mi cara, disfrutaba de este momento.

Saqué mi mano y la puse sobre la ventana para recibir el viendo en ella.

—Luces radiante —giré mi cabeza en la dirección de su voz—

—Gracias —sonreí—

—Te noto más callada de lo normal. ¿Está todo bien?

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