Dante Cassano
Miércoles 22 de junio.
8:40 a.m.
Me encontraba en la casa de Jace, había venido a pedirle que me ayudara a encontrar un lugar en el campo para montar en caballo. Lo necesitaba para llevar a April ahí, pero en vez de estar recibiendo ayuda estaba era recibiendo el sermón de Jace y las malas miradas de Tina.
Sí, cuando llegué lo primero que hicieron fue interrogarme sobre el que me había sucedido, traté de buscar mil excusas, pero tuve que terminar diciéndoles la verdad... No es como si pudiera ocultarle algo a ellos, si había dos personas que ya me conocieran un poco más que los demás eran ellos.
Los hermanos Sicilia.
—No lo puedo creer —mencionó Tina en modo de regañó— ¿cómo es todo esto posible Dante? Te desconozco.
—Basta Tina, es cierto que no lo esperábamos, pero tampoco te pases.
—¿Pasarme? ¿Te estás escuchando? Jace, Dante fue golpeado y todo porque al señor se le ocurrió unirse a una banda y ahora gracias a eso tiene a varios locos psicópatas de la calle buenos para nada detrás de él porque quieren que Dante vuelva a la banda con ellos. No Jace, no exagero.
Observé cómo el mayor de los dos pasó su mano por sus cienes mientras negaba.
Lo observé un par de segundos y luego me levanté del mueble para hablar.
—Ya Jace, he venido a que me ayudes, ¿puedes o no? —me paseé de lado a lado observando la habitación del nombrado—
—Lo haré —me miró— pero no te aseguro nada, no conozco tan bien Berlín.
—No necesito que lo conozcas, solo necesito que me ayudes con tu nombre —le regalé una sonrisa ladina—
Jace soltó un suspiro y se acercó a pasos lentos a mí.
—Ponte un poco de crema, te vez fatal —me tiró un tarrito pequeño y lo agarré antes de que tocara el suelo—
Mientras me ponía la crema pude observar cómo Jace hacía algunas llamadas desde su celular.
—No sabía que te interesaba montar a caballo —sentí la cama hundirse y me giré en aquella dirección topándome con los ojos de Tina—
—Antes no me interesaban mucho, pero ahora me parecen algo interesantes. —froté un poco de la crema en mi costilla— además debo de llevar a alguien a ese lugar, sé que a ella le encantaría —mordí mi labio al sentir un poco de dolor al frotar la crema en mi otra costilla—
—¿Ella? —interrogó con curiosidad—
—Sí, he quedado de pasar por ella a la 1 —arrugué un poco la nariz—
—¿Esa persona es April? —levanté la mirada y observé que esta me estaba observando fijamente—
—¿Por qué te interesas tanto por ella? —la observé con detenimiento— siempre que mencionó algo a ella es la primera a la que mencionas.
—Tal vez porque no te he visto cerca de otra mujer que no sea ella —mencionó obvia y le regalé una sonrisa—
—Tienes razón.
—¿Entonces si es ella?
—Creí que estabas molesta conmigo por lo sucedido —evadí el tema—
Tina era como una hermana para mí, por eso siempre evadía temas que sabía que a ella la lastimarían. Sí, tenía conocimientos de sus sentimientos hacia mí, no es cómo si ella fuera muy buena disimulando. Pero no importaba que tanto ella se esforzara en que la volteara a mirar, mi forma de verla no cambiaría y menos ahora que había conocido a April; la chica que con sus ocurrencias e irritantes interrogantes me había adentrado en su vida y sin planearlo quedé enganchado a ella.
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Your eyes tell
Teen FictionApril Winkler es una adolescente de 17 años que tuvo un accidente a sus 15 años, a causa de ello perdió la vista y tuvo que dejar de lado las cosas que amaba y consideraba importante para ella, ahora solo dependía de su bastón y de las personas que...