Capítulo 17

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Sábado 18 de junio.

8:30 a.m.


Nos levantamos del lugar dónde nos encontrábamos y caminamos en dirección a la moto, ya llevábamos cuatro horas en el mirador y debíamos de ir a un lugar diferente.

—¿A dónde iremos? —interrogué—

—A un lugar que he estado buscando para ti desde que me diste la lista.

—Suena que va ser muy lindo, ¿está en el mismo orden que la escribí? —oí un sonido de negación—

—Que gracia tiene que este en el mismo orden, si lo estuviera ya sabrías que haríamos el día de mañana y quiero que todo sea como una sorpresa. Lo que harás hoy es algo que amaste mucho.

Sentí mi cabeza entrar en el casco.

—Sube —oí su voz y con cuidado me subí a su moto—

Mientras nos alejábamos del lugar el viento golpeaba de manera suave mis manos que cerraban el abrazo de mis brazos en la cintura de él.

Llegamos a la ciudad, pues el sonido de los autos, motos y personas eran muy claros, la moto se detenía de vez en cuando. Al parecer por los trancones.

Anduvimos por un buen rato y luego volvimos a salir de la ciudad, el sonido de los autos, motos y personas cesaron, ahora solo se oía un carro o una moto de vez en cuando.

Varias veces quise preguntar a qué lugar iríamos, pero mejor me guardé la curiosidad, ahora solo dejaría que él me sorprendiera con lo que fuera que preparó.

Íbamos a una velocidad considerable, creo que es lo más rápido que he viajado en esta moto, a veces quisiera decirle. Acelera, pero luego recuerdo lo miedosa que puedo llegar a ser y descarto la idea.

Como si lo que pensé hubiera sido escuchado sentí cómo este acelero la moto haciendo que me sobresaltara en el acto y por instinto me aferrara a su cuerpo sin permiso alguno.

—¿No te parece interesante la velocidad? —interrogó al acelerar—

—Siento que moriré en algún momento de la vida —comenté—

—Dramática

Se burló y solo pude arrugar mi nariz en disgusto. —Pero, era cierto. La velocidad puede ser peligrosa—. Me justifique mientras pensaba.


...


Ahora solo disfrutaba de la velocidad y el viento que golpeaba mis manos.

No lo pensé mucho y solté el agarré que tenía en su abdomen levantando así mis manos al airé y levantando un poco mi cabeza, era una manera muy linda de sentirse libre. No sabía de qué, pero me hacía sentir libre.

La velocidad fue bajando a la que íbamos iba bajando poco a poco, también pude sentir una brisa cubrir mi cuerpo, oía como las olas golpeaban algunas rocas, el canto de las aves y el sonido que sobresalía del agua.

Estábamos cerca de la playa.

La moto se detuvo y me bajé de esta cuidando de no pisar mal y caer.

Luego de varios segundos sentí cómo la mano de Dante me quito el casco y luego agarró mi mano para empezar a caminar.

—¿Puedes percibir algún olor?

—Sí, no solo el olor, la brisa que es arrastrada hacia nosotros, el sonido y el suave sonido de las olas —pronuncié en medio de una sonrisa—

—¿Estás lista?

—¿Lista para qué? —pronuncié sin entender—

El agarré de nuestras manos se aflojó y sentí como me indicaba que retrocediera mientras su mano me daba una leve presión.

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