Luisita se encontraba acostada en su cama, recordando lo que había pasado en el día con una sonrisa en su rostro y de vez en cuando suspirando sin aun poder creerse todo lo que había pasado. Amelia esa Amelia que le parecía imposible de alcanzar, por la que pensaba día y noche anhelando la posibilidad - totalmente remota - de que se fijara en ella, nunca nadie lo había hecho y no es que se consideraba una persona que no atrajera porque durante toda su vida había tenido varias personas que habían querido intentar ligar con ella pero siempre las rechazaba porque no quería exponerse a cualquier discriminación o peligro, por lo que nunca había tenido la confianza suficiente para estar con alguien pero ahora con Amelia era diferente, la aceptaba más allá de todo y eso le hacía sentir un dolor de estómago que realmente disfrutaba.
Sonreía mordiéndose el labio, tapándose la cara queriendo gritar a los cuatro vientos la revolución que tenía dentro suyo por saber que Amelia sentía lo mismo que ella.
*Flashback*
Luego de aquella adrenalina por corresponder lo que sentían, se sentaron en el sillón sin poder dejar de besarse y sentirse como dos adolescentes enamoradas, luego de unos minutos Amelia se separa unos centímetros mientras acaricia su cabello y la mira sonriente, se pasaría todo el dia besándola pero no quería agobiarla.
- ¿Quieres seguir mirando la película? - Preguntó acariciando su mejilla
- ¿Cuánto falta? - Preguntó Luisita
- Media hora, la terminamos ¿te parece?
- Vale - Sonrió
Amelia dio play a la película para relajar un poco más el ambiente, aunque ya estaba de por sí relajado podía notar que Luisita estaba aún nerviosa y no iba a mentir que ella también, todo aquello era algo nuevo y aunque ambas quisieran seguir besándose y estar encima de la otra, Luisita agradecía que Amelia hubiera propuesto seguir mirando la película porque si aumentaba la intensidad de esos besos sabía que no iba a poder disimular su calentón de ninguna manera.
Durante la película no faltaron caricias y que estuvieran acurrucadas mirando la televisión, Amelia tenía a Luisita rodeada con su brazo y está apoyada su cabeza en el hombro, cada tanto Amelia le dejaba pequeños besos en su cabeza y sonreía. Terminaron de ver la película, comentando así que les había parecido a cada una e intercambiando opiniones.
Amelia no dejaba de observarla mientras Luisita hablaba sobre su pensamiento de la película, en realidad no podía prestar atención a lo que decía, la miraba absorta perdida en su belleza. Es que no había rasgo físico que no le volviera loca de aquella rubia, hasta el lunar más pequeño implantado debajo de la punta de su nariz le parecía la cosa más preciosa del mundo, Luisita se dio cuenta de esa mirada penetrante y rió sonrojándose.
- ¿Qué? - Preguntó Luisita sonrojada
- Nada, te miro. - Contestó Amelia dejándole un suave beso en los labios
- Pero ¿por qué? ¿Qué piensas?
- Que eres preciosa y podría escucharte hablar todo el día porque me encantas.
- Amelia - Le dio un codazo leve - Te lo pregunto en serio.
- Y yo te estoy hablando en serio ¿Por que no me crees?
- Porque aun no me creo que pienses eso y estemos así. - Contestó avergonzada.
- Pues es muy en serio, no es un sueño ni nada, es una realidad.
- Así me siento, como en un sueño, como si en algún momento me fuera a despertar y nada de esto fue de verdad.
- Es un sueño hecho realidad, mi vida. - La cogió del rostro y la beso suavemente
