Capitulo 13

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Llevaba unos segundos mirando aquel edificio, llena de nervios y ansiedad por lo que estaba a punto de vivir, también se preguntaba si había sido buena idea aceptar aquella invitación que en realidad no había terminado de aceptar pero que Marcelino le había dejado muy claro que la esperaba en la cena familiar para sorpresa de Luisita, pero claro que iba a ir porque era su cumpleaños y no podía no estar junto a ella, compartiendo ese momento con las personas que más quiere, y que Marcelino la hubiera invitado la hacía sentir una más de ellos.

Se acomodaba el cabello y se arreglaba la ropa, queriendo mostrarse lo más presentable, sus manos sudaban y se los limpiaba en los vaqueros que llevaba puesto todo era producto de los nervios, ya conocía a parte de la familia pero también conocería a otra y no sabría cómo la recibirían, suspiro tratando de quitarse un poco de aquella ansiedad y subió hacia el piso que correspondía.

Una vez en la puerta, volvió a suspirar y entonces dio esos golpecitos avisando que ya había llegado.

Dentro de la casa cuando ya estaban todos próximos a sentarse a la mesa oyeron cómo alguien golpeaba la puerta, todos se miraron entre sí con un gesto de duda en sus rostros porque no esperaban a nadie. Marcelino se miró cómplice con su mujer que obviamente le había avisado con antelación la idea de invitar a Amelia a la cena y Manolita por lo que había escuchado de su marido y de su hijo, supo enseguida que la chica de rizos era alguien importante para Luisita.

– ¿Esperaban a alguien? – Preguntó con duda Luisita y Marcelino sonrío sin decir nada y se dirigió a la entrada.

Abrió la puerta y vio a Amelia con la mirada nerviosa y jugando con sus dedos, le dio paso a que entrara pero antes la recibió con un pequeño abrazo y le dejó las gracias por haber aceptado la invitación.

– Hola... – Dijo Amelia bajito entrando al salón.

Luisita al verla sonrió de oreja a oreja sorpresivamente y todos los presentes vieron el efecto que tenía la morena en la rubia, presenciaron en primera persona cómo le brillaban los ojos con el simple hecho de verla. Sin responder al saludo, rodeo la mesa, se acercó a ella y la abrazó igual de fuerte como lo había hecho esa misma mañana hundiendo su rostro en los rizos de Amelia e inspiró el aroma que ahora asociaba un poco a hogar.

– ¿Qué haces aquí? – Preguntó de manera suave con una sonrisa y Amelia se encogió de hombros.

– Tu padre me invitó y no podía no estar aquí. – Contestó sincera y con el mismo tono.

– Gracias... – Volvió a darle un pequeño abrazo para después separarse y empezar las presentaciones.

Manolita se anticipó a su hija y antes de que esta pudiera hablar ya se había presentado a sí misma.

– Yo soy Manolita, la madre de Luisi. – Se acercó a darle dos besos.

– Encantada Manolita. – Saludó sonriente.

– Y ya que mi hermana no nos presenta. – Bromeó. – Yo soy María y este Ignacio, mi marido.

– Luisita me ha hablado de ti. – Dijo Amelia para romper el hielo.

– Espero que cosas buenas.

– Bueno, dejémonos de presentaciones que la cena ya está, todos a la mesa, venga. – Volvió a hablar Marcelino. – Tú siéntate al lado de Luisita. – Le dijo a Amelia.

Se fueron acomodando todos en sus lugares, Amelia aun seguía tímida y Luisita la miraba de reojo sonrientemente, no se podía creer que estuviera allí con toda su familia pero al mismo tiempo le generaba cierto nerviosismo porque conocía muy bien a los Gómez y rogaba que no le hicieran pasar ninguna vergüenza tanto a ella como a Amelia, ya que era la primera vez que llevaba una amiga a su casa y por amiga los Gómez lo interpretarían como si fuera su posible novia y de allí podrían salir muchas situaciones que las pondría en un lugar incómodo.

Cuartel 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora