Capitulo XV Especial de Navidad

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-¿No crees que has exagerado con la decoración del árbol?

-¡¿Estás bromeando?! ¡Es el mejor árbol del mundo, es extravagante!

Kyojuro miraba estupefacto el árbol de navidad de su mejor amigo notando cómo está casi le doblaba la altura, estaba saturado de luces navideñas y artículos brillantes, y además de todo, hasta arriba era coronado por una reluciente estrella que llamaba demasiado la atención, aquel árbol tenía el nombre de Tenguen por todas partes. El mayor daba vueltas de un lado al otro con cajas que contenían diferentes decoraciones y adornos navideños, estaba preparando su hogar para el evento que realizaría dentro de algunas horas.

-¡Te estás esmerando mucho con todo esto Tenguen!

-Hay que destacarse con una fiesta de vez en cuando, y como el año pasado fue Mitsuri la que la hizo ahora seré yo, por cierto, agradezco que vinieras a ayudarme de último momento, no he terminado casi nada más allá de la decoración. ¡Vas a ayudar al dios de las festividades a dar la mejor fiesta del año!

La risa alegre del menor no se hizo de esperar, adoraba la forma de ser de Uzui. -¿En qué puedo ayudarte?- Preguntó emocionado caminando hacia el alfa albino.

-Pues me he enterado de que las personas con buen apetito saben cocinar extravagantemente bien, no me aria mal que me ayudarás en la cocina.

-...- El rubio nada más le sonrió cruzando los brazos e inclinando la cabeza -¿Que yo te ayude a qué?

-A cocinar, idiota.

-¡No puedo!

-¡¿Que?! ¡¿Por qué no?! ¡Eres de los más glotones que conozco y Mitsuri no podía por qué iba a hacer unas compras para navidad! ¡¿Y por qué me lo dices con una sonrisa y mirando a la nada?!

-¡La comida siempre se me quema!

-¡¿Y se te ocurre decírmelo hasta ahora después de tantos años de amistad?!

-¡Nunca lo preguntaste!

-¡Ya deja de ser tan energético! ¡Y no sonrías por esto!

-¡Te puedo ayudar a decorar y tú cocinas!

-¡No tengo ni la más maldita idea de cómo cocinar algo!

Se contemplaron en silencio sin saber que hacer para resolver todo esto, era demasiado tarde para pedir comida, parte de que se vería mal para el extravagante alfa albino; tal vez podrían buscar algo en internet pero no tendrían la certeza de que les quedaría bien... Estaban condenados. El rubio comenzó a considerar seriamente la idea de experimentar para ver que era lo que salia, debía  de existir algún alimento que no se pudiese quemar, pero en eso el timbre del departamento fue tocado de manera repentina; ambos alfas se miraron esperando explicación del contrario, pues se suponía que nadie mas que ellos estaría a esas horas en ese lugar.

-¿Pediste algo?

-No... ¿Y tu?

-Para nada.

El mas alto levantó una de sus cejas y se encaminó a abrir la entrada principal dispuesto a echar a cualquiera de sus compañeros que se le hubiese ocurrido llegar a esa hora; pero al abrirla se topó con una cabellera rubia idéntica a la de su amigo y otra rojiza. Estupefacto les cerró a ambos jóvenes la puerta en la cara y se giró hacia su mejor amigo con el entrecejo fruncido y los brazos cruzados, siendo recibido únicamente con una sonrisa.

-Tu... ¡¿Has invitado enanos a mi fiesta?!- Le preguntó exaltado señalando la entrada de su casa.

-¿Ah? ¿De que hablas? Yo no he invitado a nadie.

La validez de tus palabras (Kyotan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora