Kyojuro cruzó sus brazos sobre su pecho con orgullo mientras miraba al menor, el muchacho ya había presentado grandes avances en su entrenamiento y cada vez era mas ágil y fuerte, le entusiasmaba la idea de el haber sido parte de este crecimiento; no hallaba las palabras correctas para poder expresarle todo su orgullo, y además, no lo veía necesario, no quería adularlo demasiado como para que se confiara... Aunque sabia que ese no seria el caso. Siempre presenció en primer plano que Tanjiro se esforzaba en cada aspecto y que nunca alardeaba de ello, el chico por supuesto que era consiente de sus mejoras, pero siempre se sentía agradecido con los entrenamientos que recibía por mas pesados que estos pudiesen ser.
El joven omega se esforzaba en escalar una larga soga que colgaba desde el techo del gimnasio, su resistencia era mayor ahora y era capaz de subir mas de la mitad de aquella soga sin tener dificultada alguna; sus manos se habían vuelto mucho mas ásperas debido al riguroso entrenamiento. Ya había sobrepasado el primer metro de altura de su límite general, y aunque esto le motivaba aun mas a seguir subiendo el cansancio que comenzaba a presentarse en sus extremidades iniciaba a pesarle, llegando a tal grado que en un momento frenó cualquier movimiento y se aferró con toda la fuerza que tenía a la soga para no caerse y tratar de recuperarse, pero esto último lo veía más complicado con forme pasaba el tiempo. Instintivamente miró hacia abajo contemplando los mas de cinco metros que había ascendido y sintió como sus manos se aferraban con mucho mas fuerza a la cuerda quedándose completamente inmóviles, había sido una muy mala idea bajar la vista, pues ahora era presa del pánico de caerse.
Por supuesto que no corría mayor riesgo, el piso estaba recubierto con colchonetas para aminorar el impacto de una caída, lastimosamente si corría el peligro de lesionarse alguna articulación.-Respira, relájate, vas a estar bien.- Se hablaba queriendo recuperar algo de confianza en si mismo para que por lo menos pudiese descender un par de metros. -Recupérate... ¡Tu puedes Tanjiro!
Su cuerpo poco a poco comenzó a responderle como debía y sin desperdiciar ni un solo instante comenzó a descender comenzando a sentir las consecuencias de sobre exigirle a su cuerpo, sus manos comenzaban a arderle a causa de la fricción y los músculos de sus antebrazos le dolían como el mismísimo infierno; el peso de su cuerpo sumado al cansancio físico acumulado de otras sesiones de entrenamiento era demasiado. Por fin su cuerpo cedió.
Sus pupilas se contrajeron en cuanto sus manos ya no fueron capaces de soportar su peso y un miedo a la inevitable colisión le invadió, por suerte había descendido lo suficiente como para no lastimarse tanto; sus ojos se cerraron e inmediatamente comenzó a tensar su cuerpo en dónde suponía serían la zona de impacto. Sin embargo, cualquier rastro de temor de su cuerpo en cuanto su descenso se vió detenido por un par de brazos que lo habían atrapado con un toque delicado.-¡Ese pudo haber sido un feo golpe!- La estridente voz del alfa inmediatamente género que sus ojos se abriesen con sorpresa -¿Te has hecho daño, joven Kamado?
-¡¿Eh?! ¿Yo?... No...
-¡Esa es una maravillosa noticia! Te eh atrapado a tiempo.
La sonrisa que en ese momento le dedicaba el rubio aceleró su corazón y sus mejillas se colorearon de un rosa pálido imperceptible para cualquiera que le observara.
Acababa de descubrir que aquella posición en la que se encontraban y la seguridad que le hacía sentir en ese instante el rubio en realidad le gustaba... Jamás se había sentido una sensación similar desde lo de sus padres... Ya no se había sentido tan protegido.-Realmente lo has hecho muy bien.
Una tímida sonrisa comenzó a aparecer en su rostro infantil y la emoción producto de la felicitación de Kyojuro le envolvía de una manera asombrosa; las palabras de ese alfa le llenaban por completo y realmente le hacían sentirse orgulloso de si mismo, el era quien le motivaba.
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La validez de tus palabras (Kyotan)
أدب الهواة¿Qué sucede cuando encuentras a tu destinado, pero por culpa de una promesa que hiciste no puedes tenerlo? ¿Qué tanta validez pueden tener las palabras cuando se está enamorado? Una mala jugada del destino hace que Rengoku Kyojuro se ofrezca a ayud...