Miró con pesar la nueva notificación que había llegado a su móvil y sin dejar pasar mucho tiempo la deslizó borrándola por completo, ni siquiera iba a leer el mensaje completo que le habían enviado, no tenia caso si al final de cuentas iba a evitar todo lo relacionado al tema.
Era medio día y se encontraba recostado sobre su cama considerando sus opciones para pasar el día libre que le habían dado, no se sentía con ánimos de salir, pero tampoco quería pasar mucho tiempo en su hogar, ya no sabia exactamente que era lo que quería, pues si lo miraba detenidamente ambas cosas tenían contrapartes buenas y malas. Por un lado, si salía podía despejar su mente de los problemas que estaba teniendo con su padre y podría tomar algo de aire fresco, pero su mente se llenaría de otro tipo de pensamientos (Los cuales no le abandonaban del todo aun conflictuándose con su progenitor), pues en cuanto se alejaba de los problemas familiares unos ojos carmesís y una sonrisa angelical aparecían en su memoria sin autorización, no hacia mas que ver a su joven aprendiz entre recuerdos y ninguno era exactamente con respecto al entrenamiento, no, todos eran de pequeños detalles que destacaban su persona, en un momento podía ver su rostro aniñado, en otro se fijaba con detenimiento en la curiosa cicatriz que cubría parte de su frente, pero no le parecía desagradable, era algo que le gustaba... Sus ojos que transmitían siempre tranquilidad, confianza y sobre todo calidez, la paz que transmitía a otros... La manera en la que siempre veía por los demás sin distinción alguna.
Una nueva notificación atrajo su atención y al prender su celular volvió a leer el nombre del que le había estado enviando de manera tan insistente los mensajes durante los últimos tres días: Tomioka. Y lo peor de todo era que comprendía el motivo, el había prometido entrenar a Tanjiro, lo había hecho y había demostrado un serio entusiasmo, pero ahora ya no estaba tan seguro, no lo había estado desde un inicio, pero con el tiempo sus ánimos decaían mas. Simplemente su extraña forma de sentir estaba entorpeciendo todo, ya no podía mirar al pelirrojo al rostro sin sentir la necesidad de desviar su mirada y alejarse; lo había comprobado tras su ultimo mes de entrenamiento, ambos habían demostrado una mejora en las habilidades del chico, había superado sus expectativas y ya podría tener practicas mas avanzadas, Tomioka estaba presente cada día supervisando su progreso y el omega estaba feliz, pero el...
//Hace un par de semanas (Ultimo entrenamiento)//
Tanjiro brincaba de alegría vociferando que lo había hecho, por fin había superado el tiempo que Kyojuro le había impuesto para pasar la pista de obstáculos, después de tanto esfuerzo había dominado las distintas secciones de las que se componía, era todo un logro para el. Su ropa estaba dañada en varios puntos y llena de lodo, su cara estaba sucia de tierra y sus manos se podían apreciar con rasguños y algunas ampollas, el entrenamiento había estado resultando mucho mas duro de lo que se imaginó, pero todo estaba valiendo la pena.
-¡Lo logré! ¡Al fin lo logré!- Celebraba excitado por su triunfo, no había una sensación comparable a la de ver tus metas realizadas con base el trabajo duro y el esfuerzo, eso era lo mejor de todo, estaba satisfecho con su logro.
El alfa miraba con una gran sonrisa el cronometro con el tiempo exacto de su alumno, habia superado con creces a varios chicos que habia entrenado y estaba bastante cerca de rebasar la marca que el habia sacado cuando era de su edad. Guardó el pequeño aparato en su bolsillo y cruzó sus brazos sobre su pecho con orgullo mientras obcerbaba al menor celebrar con los brazos extendidos y con sus ojos cerrados. Estaban a las afueras de la ciudad en un campo de entrenamiento especial del ejercito al aire libre, era un circuito todo terreno con varias proebas que podrian darse en una misión real, por eso no le sorprendia que su alumno estuviera en tales condiciones, eso solo era muestra de su esfuerzo. Siguió contemplando al menor sin ser consiente que su compañero le miraba de reojo con sierto pesar; Tomioka cada vez se sentia mas culpable de guardarle ese secreto al rubio, ni siquiera habia tenido la oportunidad de disculparse con el tras haberlo abandonado hace un mes en una tienda, estaba haciendo todo de la peor manera posible, pero estaba convensido que era por un bien mayor para Tanjiro.
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La validez de tus palabras (Kyotan)
Fiksi Penggemar¿Qué sucede cuando encuentras a tu destinado, pero por culpa de una promesa que hiciste no puedes tenerlo? ¿Qué tanta validez pueden tener las palabras cuando se está enamorado? Una mala jugada del destino hace que Rengoku Kyojuro se ofrezca a ayud...