SAHARA CASTILLO
Los día han pasado lentos pero con un ritmo cambiante. Desde lo del bosque Bill y yo no hemos hablado mucho, o al menos yo no intento hablarle mas de lo necesario. Lo cual es difícil cuando hay diez personas preguntando constantemente sobre mi relación y es molesto.
Me inventé un resfriado leve para las constantes críticas sobre las muestras de afecto. Así que mi supuesta enfermedad paro las preguntas sobre los besos. Pero claramente Bill se tomó muy a pecho el papel de novio.
Todo este tiempo ha sido un verdadero encanto, desde que ha estado ayudando a mamá a cocinar, limpiar y hasta la ayuda a traer las compras. Conmigo se ha estado aprovechando con constantes abrazos y besos en la frente, lo que más me molesta es que me llama mucho la atención este Bill. Si tal vez no fuera hijo de Luna.
Esta fachada hogareña y tratando de ganarme según él. Si no supiera que sé a dónde va todo esto, me había olvidado de una petición que Bill me había dicho hace tiempo... fue una iluminación del cielo, ahora sé porque su insistencia y si como si no fuera posible me irrita más su presencia.
—¡No me jodas, te llevaste al jefe! —escucho gritar a Mario por el teléfono —. Ya era hora que te dieras cuenta terroncito.
Cierro el broche de mis botas y termino de colocar mi vestido. Hoy hay una feria en el pueblo así que todos iremos, Bill se está vistiendo en un cuarto aparte. Convencí a mi madre que me sentía más cómoda con él en otra habitación, además que mi familia se fue ya para pasar las fiestas con sus propios hijos, lo que es un alivio para mí. Así que ahora hay habitaciones disponibles.
Había decidido no ir pero mi madre insistió mucho, así que aquí estoy alistándome para ir. Estaba en eso cuando Mario llamo para ver si había inventado un accidente para no venir o si había traído a alguien, no me toco otra que contarle todo.
—¿Darme cuenta de qué? — coloco el celular en la mesa del baño y lo pongo en alta voz mientras lucho con el cierre de mi vestido — ¡Agh, maldito vestido!
— Terroncito de azúcar, el vestido no tiene la culpa de las donas de más que comes en la mañana.
—Cállate Mario, y responde mi pregunta.
Por fin logró cerrar el vestido, Mario tiene razón. Soy una perezosa para hacer ejercicio pero ah, como adoro comer. No me arrepiento de nada tampoco.
—De que el jefe está enamorado de ti.
— No digas estupideces, Mario.
— ¡Tú no te hagas la ciega, Sahara! — empiezo con mi maquillaje y ruedo los ojos ante los delirios de este hombre —. Todos vemos como te observa, el empeño que ha hecho por ganarte...
—Solo le molesta que no sea uno de los que le están besando el culo, como todos en la empresa.
— Oh terroncito, tú más que nadie quisieras besar ese lindo trasero.
— ¡MARIO!
—¡Sahara! — escucho que se ríe —, créeme que él también te atrae pero eres demasiado cabeza dura para admitirlo.
— Que pases un nefasto día, Mario.
Cuelgo y hago un último repaso de mi atuendo: el vestido negro es ajustado y se amolda a mi cuerpo, las botas me llegan hasta los muslos. Algo que dijo Mario no deja de atormentar mi mente, y es el hecho que pase horas intentando elegir un atuendo bonito para que él, o que me estoy maquillando por culpa que saldré con él.
Ésto no está pasando, pero si él no estuviera aquí me pondría lo primero que vería y saldría así.
Es porque es mi jefe y debo mantener las apariencias, sí eso debe ser. Nada más, todo menos las cosas que dijo Mario.
Cuando bajo las escaleras mamá está angustiada.
—Mamá, ¿sucede algo?
—Mi niña, no te preocupes. Es solo que tu abuela está muy cansada y tendré que quedarme a cuidarla.
—Iremos otro día entonces — habla Bill, desde las escaleras —. No me parece justo que se quede usted sola, Dory.
Estoy acostumbrada a verlo con traje, siempre viste uno pero este no es el caso. Viste unos jeans negros y una camisa de lana de cuello alto ajustada, dejando ver la buena forma en la que se mantiene. Jamás lo había visto con ropa casual y se ve brutalmente guapo con ella, así que aparto mi vista de él antes que vea el sonrojo en mis mejillas.
—¡No! — mamá se apresura a decir —, no podría impedir que ustedes se diviertan.
— Mamá, no te dejaré sola — intento convencerla —. Menos ahora que nuestra familia se fue, podrías necesitar algo o la abuela...
—Tú abuela no se está muriendo, Sahara. Solo está cansada así que por eso nos quedaremos, hazme caso y vete.
— La feria queda muy lejos, no iremos —sentencio.
—Sahara, por favor deja lo dramática.
—¿Y si vamos solo por unas pocas horas, Sahara? —Bill se acerca a nosotras como mediador —. Podemos regresar en unas tres horas.
Mamá me ve con carita de cachorrito así que termino cediendo y ahora no solo tendré que salir con Bill, si no que lo haremos solos...
Notita Navideña:
Gracias infinitas por leerme, espero les este gustando la histotia. ☻
Disculpen las faltas y errores, intento mejorar cada vez.
Hasta el próximo capítulo .♥
ADELANTOS Y MÁS:
Instagram: imdrearr
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UNA FALSA CITA PARA NAVIDAD
Teen FictionPara Sahara la navidad es consumismo. Para Bill navidad es sinónimo de redención. Dicen que los polos opuestos se atren pero, ¿podrá Sahara dejar el rencor a los MacMillan y darle una oportunidad? O tal vez la unión de ambos solo traerá catástrofe e...