SARAH MACMILLAN
Me despiertan unos dedos que recorren mi espalda desnuda haciendo patrones irregulares y lo que solo puede significar que mi marido está sobre pensando de madrugada.
Otra vez.
Intento no moverme mientra sus dedos siguen tocándome hasta que no puedo más y suelto una risita cuando me hace cosquillas.
—¿Te desperté? —habla Bill con voz ronca y preocupada. — Lo lamento amor.
—No te preocupes —lo tranquilizo cuando me volteo hacía él. —¿Por qué estás despierto aún?
Veo nuestro reloj que marcan las tres de la madrugada. No es propio de mi marido quedarse despierto tan tarde.
—Sigo preocupado por nuestra hija. —dice mientras sus ojos dejan los míos y se centran en mis pechos que se asoman sobre la manta.
Volteo mis ojos en exasperación porque hemos tenido esta conversación con bastante frecuencia estos días. Ambos nos dimos cuenta que nuestra hija nos ha estado ocultando algo y estamos tratando que nos diga qué es.
Pero como cada vez que lo hablamos le dejo en claro que criamos a una mujer fuerte, independiente pero sobre todo que sabe pedir ayuda cuando la necesita. Probablemente sea algo referente a su trabajo pero sé que ella podrá manejarlo y cuando sienta que no pueda acudirá con nosotros. No quiero abrumarla o presionarla.
—Cariño, ya te dije que cuando ella esté lista vendrá a nosotros —le digo por décima vez tocando su barbilla que ahora está cubierta con una barba rasposa que me encanta — Sabes que cuando la presionamos solo se aleja.
—¿Pero si está tiene un problema tan grande y no quiere decirnos para no preocuparnos?
—Entonces tu detective te lo dirá. —suelto enojada.
—¿Qué? —llega su respuesta sorprendida pero culpable.
—Oh Bill, no me mientas. —le reclamo — Sé que has tenido a alguien detrás de ella desde que se mudó de nuestra casa.
—Solo quiero que este bien. —dice con un puchero que para un hombre que casi está en sus cincuenta no debería verse tan adorable pero él se ve como un perrito lastimado.
—Bill, hemos hablado de tu protección hacía...
Mis palabras se cortan cuando su mano toma mi pecho acariciando tiernamente y pellizcando mi pezón entre sus dedos. El muy desgraciado me esta distrayendo.
Cuando intento volver a hablar toma mi boca entre la suya para besarme lento y tan provocativo que me vuelve loca. Dejo que gane esta noche con nuestra discusión así que solo me quito la sabana del cuerpo y tomo su cara para profundizar el beso.
Toco su pecho, pasando mis dedos por sus abdominales que mantiene a base de ejercicio y que tanto me encantan. Luego paso mis uñas arañando suavemente sus pectorales sintiendo el espeso vello en su pecho haciéndolo soltar un suspiro entre nuestros labios.
—Eres un idiota. —le reprocho cuando aleja mis manos y sube encima mío alineando nuestros cuerpos.
—Pero me amas.
No le respondo cuando entra en mí de un solo movimiento haciéndome gemir. Para ser una pareja que lleva más de veinticinco años casados y que tienen una hija que ya voló del nido seguimos tan locos de amor y tan necesitados como en nuestra noche de bodas.
Enredo mis piernas en su espalda haciendo que sus movimientos se hagan más rápidos y necesitados volviéndome loca de placer. Cuando sus labios toman los míos besándome tiernamente y sus dedos bajan a mi clítoris me pierdo.
El contraste que es Bill entre lo tierno y duro en nuestra intimidad me hace perder la cabeza y exploto mi orgasmo. Nuestros gemidos quedan en nuestros labios mientras nos seguimos besando y siento cuando su cuerpo se queda rígido y vacía su propia liberación dentro de mí.
—Ya no tenemos la misma energía para hacerlo tantas veces en la noche. —lo molesto mientras sale de mí y se acuesta a un lado sumamente exhausto.
—Tonterías, aún puedo hacer los rapiditos que quiera con mi esposa.
Me rio acostándome en su pecho mientras escucho su corazón latir debajo de mi rostro.
—Te amo. —le recuerdo besando su pecho, justo donde su corazón late —Aunque me distraigas con sexo cuando te estoy regañando.
Suelta una risa divertida mientras acaricia mi cabello haciendo que mis ojos se cierren y el sueño empiece a reclamarme.
—Te amo aunque siempre te enojes conmigo. —responde.
Sonrió cuando deposita un beso en mi cabeza y el sueño me lleva.
No hay día que no agradezca tener la vida y la familia que tengo. Porque una vez creí no merecer una vida feliz. Pero soy la prueba de que si encuentras a la persona correcta en el momento incorrecto solo debes luchar contra todos, incluso contra uno mismo para alcanzar la felicidad.
Para ser alguien que odiaba la magia de la vida, terminé viviendo mi propio cuento de hadas.
FIN DEFINITIVO.
Hermoso dibujo de Sahara MacMillan hecho por @kiraky.ml en Instagram
NOTA
Me han dado este precioso dibujo de Sarah y dije ¿Cómo puedo publicarlo que sea increíble? Bueno, me decidí por el último extra de Sarah y Bill en donde por fin tienen algo de movimiento entre las sábanas.
Además tenemos otra noticia, voy de publicar la historia sobre la hija de Sarah y Bill, espero puedan ir a leerla cuando salga. Si todo sale bien en enero estaré subiendo capítulos y será una historia corta pero bastante más intensa que esta.
Aún me siento insegura sobre escribir estas escenas (escenas sexuales) así que disculpen las faltas o que no haya sido lo que esperaban.
Para saber más sobre la historia de la hija de los protagonistas síganme en Instagram @imandrearr para conocer al próximo dolor de cabeza de Bill. 🤭
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UNA FALSA CITA PARA NAVIDAD
Teen FictionPara Sahara la navidad es consumismo. Para Bill navidad es sinónimo de redención. Dicen que los polos opuestos se atren pero, ¿podrá Sahara dejar el rencor a los MacMillan y darle una oportunidad? O tal vez la unión de ambos solo traerá catástrofe e...