BILL MACMILLAN
Hoy decidí llegar más temprano a la oficina, debo terminar unas cotizaciones sobre unos engranajes que solo los consigo en Rusia, si no logro un pedido antes que todo se vuelva un caos por las fiestas, el próximo año podría tardar meses en que me vuelvan a conceder una cita.
Estoy desde las cinco de la mañana intentando recibir una respuesta así que no me fijo en a hora hasta que veo entrando a Sahara. Sonrio cuando me percato que faltan quince minutos para que sean las siete, es mucho más temprano que su hora habitual.
Su menudo cuerpo está envuelto en un abrigo café enorme por el frío de afuera y su cabello está protegido por una gorra de lana negra. Su cara está sonrojada por las bajas temperaturas y se me hace la chica más adorable, además que su rostro hace juego con su cabello rojo.
Me siento confundido cuando se sienta en su escritorio y hace una pequeña rabieta. Ella nunca ha sido una chica muy feliz pero tampoco es alguien que está irritada todo el tiempo. Me siento como un acosador viéndola desde mi ventana polarizada, pero mis ojos nunca han podido apartarse de ella desde que la conocí.
Me sorprende cuando lanza una maldición a un tal Mario e intuyo que es el de informática, quien es su amigo por lo que tengo entendido.
La curiosidad puede conmigo así que salgo a ver que es lo que sucede con ella.
—¿Estás bien, Sahara? —hablo saliendo de la oficina.
—¡¿Quién mierda dijo eso?! —dice levantando las manos al aire. Cuando voltea y me ve, todo el color en su lindo rostro la abandona.
Solo levanto una ceja hacia su arrebato, no creo que me viera adentro y ese comportamiento no es típico de ella.
—Señor MacMillan — dice en un chillido —. No sabía que usted estaba aquí.
—Bueno, como sabes las cotizaciones con Rusia son intensas ahora... así que decidí venir temprano — intento no reírme de su expresión de susto —. Pero eso no responde mi pregunta.
Por un momento se queda en blanco y luego recuerda su comportamiento de hace segundos así que sus ojos están en todos lados menos en mí.
—Problemas familiares —murmura después de un rato.
—¿Estás bien? ¿Necesitas el día libre? —pregunto con genuina preocupación.
Sé que su familia está lejos de la ciudad, así que si ellos la necesitan o está en problemas tiene mi permiso para ir con ellos. Es una secretaria sumamente eficiente así que tiene este tipo de privilegio.
Ella niega con la cabeza y no deja de pedirme perdón. Al cabo de un rato me rindo y decido dejarlo con la posibilidad abierta que si necesita ir con su familia puede irse en cualquier momento.
Paso lo que resta de la mañana con papelería y más papelería. Amo mi trabajo, estudie mucho para el momento que mamá me diera la oportunidad de poderle demostrar que podía sacar a su empresa adelante. Pero a veces, días como estos son los que me tienen más cansado y harto que todos los días del año.
Voy por mi segunda taza de café con whisky del día, lo que es un logro. La última vez que tomé una bebida alcohólica fue el año pasado en estas mismas épocas y si no mal recuerdo por el mismo motivo: estrés.
Amo las fiestas que se avecinan, me recuerdan épocas felices donde mamá y yo nos reuníamos con su familia. Era la única época del año donde nos reímos y estábamos felices de verdad.
Pero desde que ella murió mis abuelos se fueron del país porque necesitaban tiempo para asimilar la pérdida de su hija. Ella era joven aún, tenía apenas cincuenta años pero el cáncer fue cruel con ella.
Intentó sacar esos pensamientos de mi cabeza, solo me hacen más miserable. Pensar en la navidad que me espera también, en donde estaré nuevamente sentado enfrente de la chimenea llorando por mamá y todo lo que se perdió con su muerte. Tal vez sea patético para un hombre de veintinueve años pero realmente la extraño.
Mis dos tíos son accionistas en la compañía y no creen que yo pueda manejarla. Solo están esperando algún error mio para intentar sustituirme.
Mi mente esta en todos lados cuando escucho una notificación en mi celular, cuando veo que es de Tinder intento descartarla — aun no sé por qué la tengo — cuando mis ojos captan un nombre peculiar, Sahara Castillo.
Mis ojos inmediatamente suben a la ventana donde a veces la observo trabajar y se ve calmada.
Cuando abro la notificación mis ojos se abren con asombro, efectivamente es la señorita Sahara quien está en la fotografía y sus datos personales coinciden pero la descripción es lo que me hace mucha gracia.
«Se busca novio falso para pasar la navidad, no busco una relación seria. Solo presentarle alguien a mi familia en estas fiestas»
Vaya esto es... interesante.
Notita Navideña:
Gracias infinitas por leerme, espero les este gustando la histotia. ☻
Disculpen las faltas y errores, intento mejorar cada vez.
Hasta el próximo capítulo .♥
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UNA FALSA CITA PARA NAVIDAD
Teen FictionPara Sahara la navidad es consumismo. Para Bill navidad es sinónimo de redención. Dicen que los polos opuestos se atren pero, ¿podrá Sahara dejar el rencor a los MacMillan y darle una oportunidad? O tal vez la unión de ambos solo traerá catástrofe e...