𝑻𝒐𝒙𝒊𝒄 |𝒀𝒂𝒏𝒅𝒆𝒓𝒆! 𝑫𝒆𝒖𝒄𝒆 𝑮𝒐𝒓𝒈𝒐𝒏|

Capítulo 7

Tu teléfono hizo ping con otro mensaje de Deuce. Su mensaje constante había aumentado desde la práctica, pero mientras su novia lo supiera, ¿qué tenía de malo?

De hecho, mucho.

Comenzó simple. Un texto aquí sobre ingredientes para cocinar. Un texto sobre otras clases. Algunos mensajes sobre las prácticas de casketball después de la escuela. Algunos mensajes sobre la fecha de vencimiento del proyecto.

Lo que había comenzado como algo se convirtió rápidamente en algo mucho más intenso.

Un párrafo  sobre lo que más le gusta cocinar. Una llamada telefónica para invitarte. Un mensaje de texto para invitarte a su juego. Un enlace a un video que le hizo pensar en ti. Mensajes de texto sin parar durante toda la noche. ¡Incluso llamó para preguntar sobre tu cena favorita!

En cuestión de días, Deuce había pasado de ser un clásico compañero de cocina a tratar de ser tu mejor amigo.

¡No es que tuvieras problemas con tus amigos!

Pero si te llamaba repetidamente... ¿qué tiempo estaba dejando para su novia? Estabas segura de que ella se estaba quedando fuera y no querías interponerte entre ellos.

Así que extendió la mano y apagó el volumen de tu teléfono. Cuanto menos sonara, mejor. Te dio tiempo para relajarte y ver tu programa de televisión favorito.

Después de unas horas, te habías olvidado casi por completo de Deuce y sus mensajes continuos.

Casi.

Finalmente, miras hacia arriba para ver una llamada telefónica. Deslizas para ignorarla. El registro de llamadas hizo que se le agrandaran los ojos.

12 llamadas perdidas de: Deuce.

¿12 jodidas llamadas? ¿Incluso envió un mensaje?

Deuce:
Hey.
Deberíamos hacer otra práctica.
¡Quizás podamos cocinar una cena de hamburguesa clásica y un postre esta vez!
¿Quieres venir a mi práctica?
Es el martes.
Cleo no estará ahí.
Terminé con ella.
¿Estás ocupada?
¿Quieres ir a almorzar? ¡Yo pago!
¿Estás tomando una siesta?
¿Cuándo vence nuestro proyecto de nuevo?
Clawd está de fiesta. ¿Quieres ir conmigo?

Santa mierda. Este tipo es pegajoso.

Recibió otra llamada y la respondes. ¿Quizás estaba herido o tenía una emergencia?

—¡Hey!
—Hey. ¿Estás bien? —tu pregunta se ganó una ligera risa desde el otro lado.

—¡Sí! ¿Tú estás bien? —preguntó de vuelta.

—Um, ¿sí? ¿Por qué no lo estaría?

—Solo me preguntaba. Estaba llamando porque Clawd está organizando una fiesta. ¿Quieres ir?

Frunces el ceño. —Oh. No soy una chica fiestera.

—Oh. Es una pena. ¿Quizás podamos quedarnos en casa y ver una película, entonces?

—Depende. ¿Qué día?

—Este Viernes.

Respiras hondo. Tenias planes el viernes.

—¡Lo siento! ¡De hecho saldré el viernes con uno de mis viejos amigos!

—Oh, está bien. ¿Ella sabe sobre los monstruos?

—¿Ella? —te reíste—. No, él no sabe.

El silencio vino del teléfono y arqueaste una ceja. —¿Hola?