𝑻𝒐𝒙𝒊𝒄 |𝒀𝒂𝒏𝒅𝒆𝒓𝒆! 𝑫𝒆𝒖𝒄𝒆 𝑮𝒐𝒓𝒈𝒐𝒏|

Capítulo 9

                        🐍3er POV🐍

Deuce se movió locamente ante la idea de abrazarte mientras se tiraba sobre su cama. Había pasado casi una semana desde tu última reunión y Deuce necesitaba más.

Ansiaba más.

Le diste algo que nadie más tenía. Sin embargo, no podía decir qué era. No le habías dado tu cuerpo, no le has dado cariño, ni siquiera le has dado respuestas a los deberes. Entonces, ¿por qué se estaba poniendo tan nervioso?

Tú.

Estaba tan alterado por ti.

El pensamiento de ti envió escalofríos por su columna vertebral. La mención de tu nombre le dio energía. Una de tus fotos le dio emoción. Tu voz era mejor que cualquier música que hubiera escuchado. Tu piel se veía más suave que cualquier otra cosa que haya tenido. Tú.

Todo se trataba de ti.

Y Deuce estaría mintiendo si dijera que no lo disfrutó. Le hiciste sentir electricidad con todo lo que hiciste. Si era buena o mala electricidad, no lo sabía. Solo sabía que tú lo hiciste.

Seguro, había visto más bonito. Seguro, había oído mejor. Seguro, se había sentido mejor. Pero hombre, no tenían nada de lo que sentía por ti.

En su mente, eras como una droga. Tu olor, carne, cabello, ojos, sonrisa, risa, voz, llanto, gemidos, murmullo, contracción nerviosa, lágrimas y suspiros exasperados lo emborracharon.

Deuce se revolvió incómodo en su cama. No pudo dormir. Había estado pensando en ti. ¿Pero por qué querría dormir cuando te tenía en mente?

¿Qué persona cuerda querría dormir cuando podría soñar despierto contigo?

Su colchón se sentía como una piedra debajo de él. Sus brazos y piernas picaban por moverse. Para él era agotador tener que moverse constantemente y dejar escapar la energía reprimida que le diste.

¡Sentía que podía atrapar un pez con sus propias manos! ¡Podría luchar contra todo un mosh pit! ¡Podría saltar de un puente a un lago! ¡Podía competir con motocicletas! ¡Podría correr en círculos durante 13 horas! ¡Podría derribar árboles!

Podía hacer cualquier cosa para liberar la energía que tú le diste.

Se había vuelto mucho menos "relajado" y mucho más nervioso.

¿Por qué?

Porque cada hueso, cada músculo, cada nervio, cada célula de su cuerpo te deseaba.

Anhelaba tus manos.

Quería tomar tus manos. Quería besar tus manos. Quería rascarte la palma suavemente mientras te preparaba la cena. Quería proponer y deslizar un anillo en tu dedo. Quería tus manos sobre él. Quería que tus manos le rascaran el pecho. Quería que tus manos le tocaran la cara. Quería que tus manos lo alcanzaran en medio de la noche. Quería que tus manos se aferraran a las suyas.

Anhelaba tus brazos.

Quería envolver tus brazos alrededor de su cintura y abrazarte. Quería envolverlos alrededor de su cuello mientras te besaba. Quería sostenerlos mientras te hacía el amor. Quería besarlos de arriba abajo para mostrarte incluso una pizca de su afecto. Quería que se enredaran alrededor de su torso en medio de la noche. Quería que se aferraran a él mientras dormías.

Anhelaba tu pecho.

Quería apoyar la cabeza en tu pecho y escuchar los latidos de tu corazón. Quería acurrucarse contra él mientras dormías. Quería meter la cara en él mientras lloraba. Quería besarte a lo largo de tu clavícula y sentir que tu piel se pinchaba.