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El aire frío hacía que las hojas de los árboles alrededor de la cabaña se movieran constantemente causando que se formará un ruido algo espeluznante. Estando acostumbrado al ruido de los carros en la ciudad fue difícil para Seojun conciliar un sueño tranquilo, haciendo que se moviera de un lado a otro mientras trataba de encontrar una posición agradable.

Finalmente, luego de unas horas la luz cálida del Sol se hizo presente y finalmente amaneció. El aire se había calmado un poco al igual que el ruido escalofriante pero aún así seguía siendo algo incómodo.
Un pequeño rayo de comenzó a escabullirse entre los huecos que no cubrían completamente las cortinas de la habitación hasta que uno aterrizó en la frente de Seojun quién fruncio levemente sus labios por el repentino calor que sintió en su cara.

Luego de un rato intranquilo por ese calor desconocido se desesperó y terminó por abrir los ojos, estiró sus extremidades y bostezo medio dormido. Una vez que se encontraba más despierto giro su cuerpo hacía el lado opuesto y se encontró con una parte fría de la cama entonces se dió cuenta de que Suho se había despertado desde hace ya un rato.
En ese mismo momento un aroma bastante dulce invadió sus fosas nasales haciendo que su bellos se levantaran levemente.

La parte inferior de sus pies hizo contacto con el piso frío y caminó a la cocina con sus ojos entre-cerrados, revolvió aún más su cabello y bostezo nuevamente, una y otra vez. Suho notó su presencia pero no dijo nada y simplemente siguió metido en sus asuntos. Seojun entendió que la comida aún no estaba terminada y decidió ir a darse una ducha primero.

Debido a que está casa era un lugar de pareja donde los padres de Suho pasaban el rato, la mesa se ajustaba únicamente para dos personas.
Lee Suho se había percatado de que Seojun apenas pudo dormir unas horas así que se aseguró de prepararle un gran festín para saciar su apetito, ya habían pasado bastantes años desde que le preparó comida pero si las cosas no habían cambiado tanto entonces había preparado todo lo que le gustaba en gran cantidad. Cuando terminó de poner la mesa no pudo evitar curvar sus labios con satisfacción.

—Realmente recuerdas todo lo que me gusta —exclamó Seojun mientras observaba los platillos que estaban puestos en la mesa con un par de ojos brillantes.

—Así que aún tienes los mismos gustos.

Sonrió levemente.

—Por supuesto que si, la comida es grandiosa pero estos platillos realmente son mis favoritos.

—Entonces adelante, come todo lo que quieras.

—¿puedo hacerlo?

Suho asintió con la cabeza. Sería inapropiado dejar pasar está oportunidad así que comió tanto como pudo, hasta dejar completamente vacíos los platos con comida.

—¿Que haremos hoy? ¿me llevarás a algún sitio?

—Exactamente, aún par de kilómetros de aquí hay un lago, estaba pensando que podíamos ir a pasar la tarde ahí y comer algo en el atardecer.

—Eso suena muy tentador, pero ¿no hace demasiado frío para ir a un lugar como ese?

—Técnicamente apenas está comenzando invierno, de cualquier forma no vamos a meternos a nadar, sólo iremos a pasar el rato y ya.

—Mn, eso suena bien.

—Si no te convence entonces podemos ir a la Feria que hay en un pueblo cercano.

Los ojos de Seojun se iluminaron repentinamente al escuchar la última frase. — ¿¡Una feria!?

—Ya que el pueblo está alejado de la ciudad la Feria no es muy conocida. Como soy alguien poco social mis padres solían traerme todos los años a está Feria, aún recuerdo que en ese pueblo es muy famosa y siempre se llena de familias que van a divertirse, casi no hay juegos como en otras pero sin duda hay grandes puestos de comida deliciosa que la gente muere por probar.

Un amore complicato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora