Capítulo 10.

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Después de una semana, en una cálida cafetería del centro, Benkei hablaba sobre todo lo que necesitarían para el gimnasio, mientras le pasaba una lista con un presupuesto aproximando a Wakasa, quien la tomó mientras bebía de su taza.

Si que se está esforzando pensó.

Benkei esperó la reacción del peliblanco, pero el solo observaba sin ninguna expresión la hoja.

—Pensé que saldría mucho más.

—Eso es bastante, ¿sabes?

—Es accesible.—respondió Wakasa.

—Claro, para ti—respondió el más alto—Ni siquiera voy a preguntar de donde sacaste tanto dinero.

Wakasa arqueo un ceja—Que digno. ¿Tu moral se fortaleció estos días?

—Mientras tanto la tuya desaparece.

Wakasa esbozó una pequeña sonrisa—Tú solo preocúpate por tener todo lo necesario, de lo demás me encargo yo.

—¿Has pensando en irte de Shibuya?

—¿Ah?—el peliblanco se mostró confundido por la repentina pregunta—No, nunca. ¿Por qué?

—Mira esto.

Benkei le mostró su celular, fotos de un local aparecieron en la pantalla.

—Tu me pediste opciones pero nunca especificaste donde—habló Benkei—Es de un amigo.

—-¿Estás dispuesto a irte de la cuidad?—preguntó Wakasa.

Benkei se encogió de hombros—No me importaría. Pero de todos lo que te he mostrado ninguno te gusta, tenía que probar más opciones. 

Wakasa miró a su amigo, este se mostraba tranquilo, tomó su celular de vuelta para seguir explicándole algunas cosas. Luego le mostró algunos situados por la zona, ninguno le convencía los suficiente.

—Eres demasiado exigente—demandó Benkei con cierto cansancio.

Wakasa tiró levemente su cabeza hacia atrás, apoyándose sobre el respaldar de asiento.  ¿Estaba dispuesto a dejar la ciudad? En parte, sí. Había vivido ahí toda su vida y empezaba a aburrirle. Pero nunca pensó en irse. Después de pensarlo un rato, no le pareció tan mala idea.

Debía pensar objetivamente, pero un tenía un pequeño problema. Y con ese problema no podía pensar como lo haría normalmente, era confuso y molesto.

Fastidiado, le dijo a Benkei que pensaría en todas las opciones y cambió de tema. Al parecer su amigo consiguió trabajo en un bar, lo cual lo tomó por sorpresa.

—¿Qué tiene de malo? Es un trabajo honesto—dijo mirándolo de reojo.

—Ya, está bien. Sólo digo que no es tan necesario...

—Pero quiero hacerlo—afirmó el más alto—Por cierto, Takeomi dijo que pasaría por aquí.

—¿Para qué?

—-Sólo dijo que quería venir.

Wakasa no mostró interés y miró su teléfono, miró los mensajes que había dejado en visto desde hace días. Después de eso, las llamadas y mensajes de detuvieron. No sabía si aliviarse o preocuparse.

—Ahí viene.—habló Benkei mirando a espaldas del peliblanco.

—¡Buenas!—habló Takeomi con energía.

—¿Por que siempre gritas?

—¿Por que eres tan amargado?—devolvió Takeomi—Pensé que Shin te quitaría lo aburrido.

¿Rechazado? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora