Capítulo 17

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Al ver los ojos claros de Wakasa verlo con cierta frialdad le hizo darse cuenta que cometió un gran error, más bien, hizo una estupidez.

Notó su cuerpo tensarse al ser atrapado por el suyo, su rostro por un momento mostró confusión pero se recuperó y lo enfrentó con firmeza.

Sabía que no tenía porque pedir ninguna explicación, no eran nada.

Pero no pudo evitarlo, la amarga sensación de que alguien más le hablara de esa manera a Wakasa le hacía sentir extraño. Básicamente se resumía a una palabra

Celos.

Volvió en sí cuando escuchó la ronca voz de Wakasa, se alejó rápidamente después de reclamarle.
A pesar de la tenue luz, era capaz de ver perfectamente las facciones del peliblanco, su mandíbula definida al igual que su nariz, su cabello casi cubriendole por completo los ojos, el arete que colgaba de su oreja y la forma de sus labios que se encuentraban apretados. Seguía igual, tan hermoso y frío a la vez.

Dejó salir un ligero suspiro y peinó su cabello hacia atrás en un gesto de frustración y vergüenza.

—Lo siento.—murmuró.

Observó como Wakasa dejó su postura defensiva y terminó apoyándose sobre la pared. No supo interpretar la mirada que le dio, pero no se veía enfadado.

—¿Que crees que haces?

—No lo sé.—contestó al instante, realmente no lo sabía.

Wakasa medito su respuesta, seguía sintiendo como si aquella fuera algo un tanto irreal. Parecía como estuviera en una película siendo un espectador, pero en realidad se podría decir que era parte del protagonismo.

¿Por que estoy pensando en películas en esta situación? Diablos.

Estaba abrumado, ver a Shinichiro le había revuelto el estómago. Se sentía nervioso, no sabía como actuar, llevaba semanas evitandolo para que regresará a hacer tal escena como si fuera algo casual y mandar a la mierda todo el esfuerzo que puso antes.

Repasó las acciones del pelinegro en su mente, quien se veía entre avergonzado y arrepentido.  No pudo evitar pensar en sus palabras y la forma en que lo había sacado de ahí. ¿Debería dar una disculpa? No quería, pero sentía que debía hacerlo o tendría problemillas con el dueño. Todo menos eso.

Aunque a pesar de todo le causaba cierta gracia la situación. Quizás debía culpar a las copas que llevaba encima. LLevó su mano hasta la boca intentando esconder sonrisa burlona que se asomaba en ella.

—Eres un idiota—dijo.

Shinichiro sintió la vergüenza apoderarse de él una vez más. Sintiendo sus mejillas arder.

—Ya te dije que lo siento. No pude evitarlo—Shinichiro hablaba en voz baja, Wakasa logró escucharlo de milagro.

—¿No pudiste evitarlo?—cuestionó acercándose—¿Sabes que no puedes cuestionar nada de lo que hago, verdad?

—Lo sé. 

—¿Entonces por qué lo hiciste?—dijo con intención de molestarlo un poco.

Shinichiro se quedó en silencio, no quería decir nada. Pero sus acciones daban mucho que que hablar y estaba seguro que era evidente, no tenía nada que esconder ante Wakasa ni ante nadie.

—¿No es obvio?—dijo de frente fingiendo una voz relajada—No soporto que alguien más te trate de esa forma.

Wakasa abrió la boca dispuesto a contestar, pero al final no supo que decir. Shinichiro sonrió un poco al verlo balbucear un poco, no era propio de él. Tal vez no se esperaba esa respuesta tan directa o quizás también le afectaba verlo ahí.
Observó como desvío la mirada y se aclaró la garganta.

¿Rechazado? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora