Capítulo 12

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Miró con detenimiento al chico a su lado, este se encontraba apoyado sobre una pierna, la cual movía con impaciencia mientras veía el pequeño cuadro dentro del ascensor el cual indicaba el piso por el que iban.

Llevaban apenas dos días de novios y las cosas no habían cambiado demasiado entre ellos.

Era extraño, aún tenía un vaga sensación de inquietud que no podía explicar, después de por fin ser pareja oficialmente pensó que esta desaparecería pero aún estaba presente, ahí en lo profundo de sus pensamientos.

Recordó lo que había pasado hace días en el restaurante, había conocido a un chico que decía ser cercano al peliblanco, fue un extraño encuentro, pensó en preguntarle quien era o si lo conocía pero prefirió no hacerlo. No debía darle mucha importancia, al final Wakasa tenía una gran reputación.

Llegaron al piso número 6 y las puertas se abrieron, un largo pasillo se extendió ante ellos.

Shinichiro no entendía que hacían ahí, aún así siguió al peliblanco todo el camino sin rechistar.

—¿Que hacemos aquí?—preguntó.

—Ya lo verás.

Wakasa empezó a caminar adelante de él, sacando una pequeña llave de su bolsillo. Hasta llegar a un puerta color marrón. Se volteó a mirarlo con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Bienvenido, Señor Sano.— dijo abriendo la puerta, invitandolo a pasar con su mano.

—¿Que es...?—dijo mirando a su alrededor—¿Lo compraste?— murmuró asombrado.

Wakasa asintió —Todavía necesita muchos arreglos, pero puedo decir que es mío.

El pelinegro observó el lugar, se encontraba casi vacío, a excepción por el juego de sofás cubierto por un plástico, un mueble en una esquina con varias cajas encima. Las paredes color blanco se encontraban completamente vacía. Desde la entrada podía visualizar lo que parecía ser la cocina, y al fondos dos puertas y el pasillo seguía hasta el fondo. El lugar era bastante espacioso, diría que demasiado para solo una persona.

—Se ve bastante...costoso —dijo sin saber que decir, por la impresión, miró a su, ahora novio, quien miraba el lugar con un cierto orgullo en su mirada.

—Eso es lo de menos—dijo avanzando por el lugar— quería mostrartelo cuando ya estuviera listo, pero no resisti las ganas de enseñartelo. Ven.

Shinichiro lo siguió, pasó su mano por la encimera de la cocina, observando cada detalle del lugar. Por lo poco que sabía de la familia de Wakasa, era que poseían una buena posición económica ¿le habrían ayudado a comprar ese lugar?

—¿Te gusta?— preguntó el peliblanco.

—Está genial.

—Eso no es todo, acompañame.

Volvió a seguirle los pasos hasta lo que era la habitación principal, al cual se encontraba vacía de igual forma. Wakasa observó el espacio donde iría la cama.

—Creo que debí comprar la cama primero—dijo para luego mirarlo y esbozar una sonrisita coqueta— Podríamos haberlo hecho y estrenarla como es debido, ¿no crees?

—Podemos usar el sofá...—respondió Shinichiro en un momento de valentía, el cual fue remplazado rápidamente por vergüenza, se dió la vuelta para evitar que el peliblanco mirara el leve sonrojo en su rostro.

Sintió al peliblanco llegar a su lado y luego una caricia en la nunca, Wakasa se acercó a su rostro.

—Es buena idea, me gusta

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