SEVERO

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Algunos imploraban ayuda... Otros deseaban la muerte.

Pero ninguno hacia algo para cambiar su destino, solo sueños y añoranzas lanzadas al aire llevados por el viento.

Sus esperanzas se perdieron, fueron pisadas por el pasar del tiempo que les parecía eterno, sus sueños y deseos solo acabaron siendo simples ideas inconclusas que se olvidan al día siguiente...

                                                  Más lo peor de la eternidad era su flujo, tan lento que se detiene, tan rápido que insinera ¿Que podían hacer ante un destino inminente? La falta de determinación era por sobre todo, la causa de su desesperación.

Y entonces cayeron, se dividieron y empezaron a aniquilarse entre ellos, en parte egoísta, pero desde otra forma de verlo no era más que lo único que los alejaba de los pensamientos continuos que carcomiendo sus mentes los llevaba a su fin.

                         ¿Por qué esperar por algo que no vendrá, o a ha tardado demasiado?

Decidieron tomar las riendas, escribir su propio destino, no hay un salvador o un aniquilador, solo están ellos, ellos traerán su propia salvación y perdición al aniquilarse mutuamente, imponiéndose sobre los demás, sus ojos comenzaban a brillar, algo comenzaban a sentir en su interior.

¿Deseo?

                         ¿Satisfaccion?

                                                  ¿Gusto?

...

Su interior pedía más, tal cual como un estómago sin fondo, devorador interminable.

Nada los detenía, o al menos, no a su parecer.

No se detendrán hasta no poder más.

Pasaron de estar atrapados en la desesperanza a quedar sumergidos en la avaricia, cada uno tomando un nuevo camino, tomando una sensación, haciéndola propia y degustando de ella sin preocuparse por los demás, el egoísmos, la arrogancia, el orgullo los invadía por completo.

Los únicos que podían detenerlos era otro con un deseo más ferviente que otro, como si solo sobreviviera el mase fuerte.

Allí destacaba la prepotencia de aquellos más capaces, opacando al resto; allí destacaba la soberbia de aquellos que querían ser más capaces que los demás.

El orgullo y ego no les dejaba ver el valor de las pequeñas cosas, pequeños detalles que ya hace mucho omitieron tanto que pasó a segundo plano en sus pensamientos, como agua en el río fluyendo se coló por el mar del olvido, inclinando la existencia de ellos más al declive y a la destrucción.

Al final su desencadenada codicia los volvió al inicio, aún más desesperanza a aquellos que se rinden, los que perseveran siguen avanzando, pero cada vez están más ciegos, olvidaron la razón por la cual eligieron esa cenda, sólo la transitan por instinto, un impulso que le da un placer que solo aquel que caiga en ello podría describir...

El ciclo se fue repitiendo, y por elegir el camino equivocado, cada vez que intentaban alejarse de lo que los mataba, terminaban yendo más hacia aquello que con caricias les arrebataba la vida.

No es diferente a aquellas personas que dicen luchar por un ideal, pero acaban nuevamente repitiendo lo mismo una y otra vez, y sin darse cuenta, ya son esclavos de su rutina sin pararse a pensar si realmente aún están en el camino correcto o por el contrario...

Por si mismo no son ni serán capaces de percatarse que habían caído en una nueva prisión, una nueva agonía que solo se repetía, consumieron su conciencia al punto de ser iguales al carrucel, dando vueltas en el mismo lugar pensando que se va lejos, sale de donde está, pero en realidad jamas lo hizo, como cruel engañó, pero aquellos aplastadod por otros no cayeron en esa perdición o tal vez...

Soma: Metaphysical ScaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora