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𝐒inopsis:
𝐄n un mundo contemporáneo donde los trastornos de personalidad desencadenan un universo paralelo fascinante y desconocido, emergen los Somas, seres dotados de habilidades únicas. Prepárate para adentrarte en un viaje mental sin igual...
El instituto donde estudiaban Oiku y Yeli, se mostraba con clases particulares de un día común como los demás.
Clases recurrentes y los pasillos vacíos, aún no era hora del almuerzo; a excepción de un chico que caminaba extraño todo el lugar estaba inhabilitado, él se movía de lado a lado sosteniendo su cabeza y quejándose.
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“ Tu mente es tu peor enemigo... ”
Silencio.
“ Sería mejor si acabas con tu vida…
Cállate.
… pero si acabas con ellos ya no tendrás que hacerlo. ”
— No… Ya, por favor. — rogaba porque la voz en su mente se callara.
Pensamientos negativos que iban y venían lo dejaban al borde de la locura.
Cayó al suelo y segundos después todo el pasillo se empezaba a quemar. No solo el pasillo, el fuego se extendía y el humo ascendía lentamente.
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No lo pidió, pero ya no había vuelta atrás.
Edificios de tres pisos, estando Oiku y su amiga en el segundo.
Mientras Oiku dormía, un humo entraba por la puerta del salón, Yeli se asustó y se asomó por la ventana viendo que los salones de abajo ardían en llamas.
Gritó.
— ¿¡Pero qué es esto!? - Fue corriendo hacia dónde Oiku y la movió para que se despertara, sin lograrlo.
— Vamos Oiku, despierta. Hay que salir de aquí, esto se quema.
— Quema… — dijo Oiku en voz baja y medio dormida. — ¿Eh? ¿Cómo que se quema?
Entró en sí, sintió como si hubiera viajado a otro mundo.
— Sí, mira el humo. Vámonos de aquí.
Oiku sin tiempo para pensarlo, fue despojada de su cama y de esa forma, ambas chicas salieron del salón que estaba repleto de humo.
“ Baja por las escaleras. ”
Una de ellas se detuvo al escuchar una voz en su cabeza, sin saber qué era, pero estaba tan asustada que hizo caso, creyendo que era ella misma. Yeli la empujó para avanzar y está apuntó al pasillo que lleva a las escaleras.
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Cruzando por pasillos, notaban el ardor de estos que estaban calientes. Bajando las escaleras, se toparon con un cortafuego que estaba por toda la planta baja, pero no podían bajar por ahí.
