Capítulo 4

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Degan despertó cerca de las 6 de la mañana. Entró al gimnasio y luego a la ducha, se colocó un traje azul al salir de la ducha, antes de subir al elevador privado tomó su maletín, entró en el ascensor y presionó el botón para bajar al estacionamiento.

Durante el trayecto a la oficina recibió una llamada con los manos libres. El tráfico era muy fluido lo que no le dejaba más opción que recibir la llamada de esa manera.

—Degan — dijo esperando respuesta del otro lado de la línea, mantenía gran parte de su concentración en el trafico para evitar accidentes.

—Curt, tengo un viaje pendiente a Aspen, quiero la campaña de invierno de Alyaqut. No sé cuando regrese, el próximo fin de semana tienes la sesión en las islas canarias.

En cuánto oyó su voz supo sé que trababa de Tomas Hart, que seguía obsesionado con conseguir trabajar con Alyaqut.

Alyaqut era una marca famosa, de las más importantes en el país y la más importante en todo Aspen, la dificultad radicaba en que no dejaban que cualquiera hiciera sus sesiones y no les gustaba trabajar con quienes no habían trabajado antes.

—Me haré cargo — dijo Curt simplemente.

—Me tomé la libertad de darles la mañana libre a Sasha y Astrid — avisó Hart.

—No importa lo que hagas por ella, deberías aceptar que Sasha es inmune a ti

—Tom Hart no se rinde, deberías saberlo.

Ya podía imaginar su sonrisa, tiró levemente de la comisura de sus labios

—¿Algún otro pendiente?

—Solo que dejes de ser una piedra y te enamores de una buena vez no todas son...

Cortó la llamada antes que se atreviera a decir más.

En otra parte de la cuidad Astrid saludaba a Katy, la recepcionista del hospital, mientras firmaba su entrada para visitar a su hermano.

—Te ves cansada Astrid — le dijo en cuanto saludó, aun así, sonreía alegremente y ella le devolvió la sonrisa.

—He conseguido un trabajo — mencionó mientras firmaba su entrada

—Eres muy joven, no te presiones demasiado.

La mujer era muy amable y lo que Astrid identificaba como maternal, al menos eso creía ya que carecía de esa experiencia.

—Gracias Katy, nos vemos luego.

Caminaba a la habitación de Marc cuando vio salir al doctor Aristegui, era joven apenas tres años mayor que ella, sobresaliente, había saltado grados en sus primeros años escolares y era la tercera generación de médicos en su familia, así que podía llevar casos como cualquier otro médico consolidado y había tomado el caso de su hermano hacía ya un año y medio.

—Hola Astrid, buenos días — dijo alegremente

—Doctor Aristegui que gusto saludarlo, ¿Cómo está mi hermano?

Su sonrisa inicial cedió un poco, pero aún la mantenía, no le gustaba la formalidad con la que la chica lo trataba, pero no sé quejaba de ello, al menos no en voz alta

—Casi igual, no ha mostrados mejorías — explicó con un tono amable casi compasivo.

Astrid miró hacia adentro ya que la puerta se encontraba abierta mientras que él la miraba a ella, él estaba seguro de que su hermano no se levantaría jamás de esa cama, pero era incapaz de decirle eso a la chica.

—Sé que despertará pronto, estoy segura de eso.

Astrid añoraba que ese día llegará pronto, pero estaba dispuesta a esperar el resto de su vida si fuera necesario.

Bajo el lente de la cámaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora