Curt despertó de su inconciencia para ver a su madre con un pañuelo sobre la nariz, sus ojos rojos y llorosos al igual que su nariz, la cuál vio cuando se quitó el pañuelo para acercarse a él furiosa.
!Pas! —resonó en el lugar, una fuerte bofetada lo hizo ver puntos negros debido a la debilidad de su cuerpo.
—¿Estás intentando matarte? —la mujer estaba furiosa.
Curt solo bajó la mirada avergonzado, por primera vez en su vida recibía una bofetada de su madre y sentía vergüenza por su comportamiento, Jasper vio a su hermano con el ceño fruncido sin decir nada, Sofía solo sintió pena por él.
—Déjenos solos —murmuró a lo que los hermanos salieron quedando solo con sus padres.
—La última vez que hablamos me dijiste que no me preocupara, calmé a tu madre y mira como me pagas —habló duramente Edmond —siempre demostraste ser más autosuficiente que tus hermanos y aceptamos que hicieras tu voluntad.
—Pero eso se acabó —intervino su madre —volverás a casa hasta que demuestres ser un adulto.
—Madre yo...
—Nada, escucharás a tu madre y obedecerás.
—Soy un adulto.
—¡Entonces compórtate como tal! —alzó la voz enfadado y al darse cuenta de su alterado tono de voz la bajó controlando su preocupación —harás lo que tu madre diga.
Tiempo después la castaña vio por rabillo del ojo pasar a su hijo de tres años vestido de una camisa blanca de mangas largas, un pantalón de vestir negro y tirantes prendidos de su pantalón, seguido por Zeus mientras ella se colocaba los pendientes en el espejo del tocador.
—¡No! —escuchó la voz de su pequeño, al salir lo vio frente a la puerta del baño intentando frenar el paso de Zeus con el ceño fruncido.
—¿Qué pasa? —el pequeño subió la mirada enfadada al rostro de su madre.
La castaña bajó a su altura para verlo a los ojos, eran casi iguales a los de su padre, recordó la mirada enfadada aquella ocasión en su oficina cuando se disculpó por haber llegado ebria y su corazón palpitó demás.
—Quiero ir solo al baño —explicó su frustración. La castaña suspiró comprendiendo a su hijo y tratando de entender que estaba creciendo.
—Zeus déjalo ir, estamos en casa, está bien —el cachorro se echó frente a la puerta y el niño ingresó al baño solo.
En New York el CEO ingresaba por primera vez en tantos años a la bodega donde guardaba sus fotografías de competencias, se acercó a ese cuadro que le dio el primer puesto a nivel mundial hace tantos años y lo desveló.
En otro punto del mundo la castaña recibía una banda que galardonaba a los graduados del conservatorio en el auditorio del mismo, antes de realizar una serie de presentaciones de diferentes piezas musicales con diversos instrumentos.
En primera fila los profesores entre los que se encontraban James y Saya, seguidos de familiares y alumnos en la segunda fila, el pequeño Cai miraba fascinado a su madre acompañado de su tío Marc que la miraba con lágrimas en sus ojos.
La mirada de Curt se inundó de lágrimas, recordó el día que fue al parque buscando algo qué fotografiar;
Un joven Curt buscaba algo real y no preparado ni actuado para su competencia, llevaba gran parte de la mañana allí, estaba por rendirse hasta que a lo lejos vió en una banca a un padre con su hijo que miraban al final del camino del parque para luego mirarse entre ellos divertidos y sonrientes antes de volver a mirar en esa dirección, cuando ajustó la cámara apretó el botón que accionaba el obturador; frente a la mirada fascinada de ambos una joven adolescente posaba cómo en una pasarela, había tanto brillo y alegría en sus ojos que solo con verlo te hacía sentirte parte de su felicidad.
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Bajo el lente de la cámara
RomanceUna joven modelo con problemas económicos, desempleada y con un hermano en coma. Un fotógrafo con una vacante disponible que necesita llenar urgentemente. La joven modelo tendrá que soportar el agotador ritmo de trabajo de su atractivo fotógrafo, e...