Al despertar la latina se dio cuenta de que estaba sola, la cabeza le dolía, podía saber que se trataba de resaca, vio el vaso de agua y la aspirina, no dudó en tomarla. Cuando caminó a la ducha pudo notar que traía puesta su pijama, recordó su comportamiento de la noche anterior, se mordió el labio inferior sin poder evitar sentirse mal, prácticamente había tomado sin parar desde que llegó y no solo eso, había bailado con la mujer que no dejaba de coquetear con ella frente a él, peor aún había terminado inconsciente.
Tomó una ducha para después vestirse, al salir se colocó gafas para evitar la luminosidad del sol en sus ojos, camino al trabajo se detuvo para comprar un café sumamente cargado del que tomaba cada vez que se detenía en un semáforo. Astrid llegó poco después de que llegó la latina y se sentó en la silla luego de dejar sus cosas.
—¡Vaya!, alguien se tomó en serio su día de descanso —mencionó al ver la cara de la maquillista.
—Sí, no lo digas —respondió de mala gana, Astrid reprimió su sonrisa para dejarla trabajar, no tenían mucho tiempo antes de que Curt bajara de sus juntas.
Durante el almuerzo, Sasha pidió comida picante para tratar de bajar su resaca y la modelo al fin podía cobrarse la vez que ella sentía que su cabeza explotaría, aunque la latina no se encontraba tan mal.
—Ayer, estando ebria, baile con Zamar mientras Thomas nos miraba desde la barra, debe estar molesto —confesó.
—¿No has hablado con él?
—Esta mañana estaba sola —presionó sus labios formando una línea y negó con la cabeza.
—Si no le vas a decir a él lo que te pasa al menos deberías hablar con alguien, ¿conmigo tal vez? —sugirió la castaña.
Al terminar su trabajo Sasha se quedó en casa de la modelo para poder hablar tranquilas, Astrid le dio un vaso con agua y se sentó en el mismo sofá recostándose en el otro extremo para darle espacio a la latina quien la imitó subiendo sus pies desnudos al asiento iniciando un pequeño juego empujando los pies de la otra hasta que soltaron una risita divertida.
—Mentí, las cosas con mi familia no están bien... —Comenzó a contarle todo lo que había vivido, hasta que llegó a la parte de la gota que derramó el vaso.
Sin importar cuanto Sasha intentó ocultar su cuerpo en playeras enormes y pantalones deportivos para varones por ser más holgados, el hombre la descubrió cambiándose en su cuarto cuando volvió de una de sus borracheras, no estaba tan ebrio así que no había llegado haciendo escándalo. La joven al verlo se terminó de colocar la playera holgada que lucía un logo de algún grupo de raperos, en un intento de lucir intimidante.
A partir de ese momento Ramiro se dedicaba a espiarla, en cada oportunidad que podía insinuaba que ya era mayor y que se cuidara de andar de "zorra" en el colegio, aconsejaba que no servía de nada que ella estudiara que era un desperdicio de dinero y de tiempo, que debía quedarse en casa para aprender a atender a un hombre para cuándo se casara, también decía que si terminaba embarazada por estar de regalada él mismo le sacaría al "mocoso" a patadas o que la echaría de la misma forma, constantemente hacía esa clase de comentarios, sin que su madre interviniera.
En una ocasión Ramiro volvió casi sobrio, el pequeño Santi aún no volvía del colegio, así que cuando la vio en la sala le dijo que era mayor para ver dibujos animados y que lo atendiera como la mujer que era, Sasha se tragó su rabia y le llevó un vaso de agua, pero cuando intentó alejarse Ramiro la sujetó de la mano haciéndola caer sobre sus piernas diciendo que ya debería buscarse un hombre, cuando intentó gritar el hombre le cubrió la boca y en ese entonces llegó su madre, todo pasó en cuestión de segundos.
ESTÁS LEYENDO
Bajo el lente de la cámara
RomanceUna joven modelo con problemas económicos, desempleada y con un hermano en coma. Un fotógrafo con una vacante disponible que necesita llenar urgentemente. La joven modelo tendrá que soportar el agotador ritmo de trabajo de su atractivo fotógrafo, e...