Curt miró directamente a Astrid, su rostro reflejaba calma total, incluso en esta situación ella no había reclamado ni dicho nada, quizás se debía a qué era nueva en todo esto o realmente era demasiado sensata, otra persona en su lugar hubiese tomando la habitación de Oliver y lo hubiese dejado arreglarse solo su error.
Miró su maleta y en un impulso que no meditó ni segundo la tomó en su mano.
—Mañana a las 7:00 am, aquí en el lobby los esperará una furgoneta para llevarlos a la locación, vayan todos a sus habitaciones.
La mirada de Saira no salía de la maleta que Curt Degan sostenía.
Una vez todos se dirigieron a habitaciones, Sasha, Oliver y Astrid continuaban en el lobby.
—Ustedes también vayan a sus habitaciones, Astrid sígueme.
Después de decir eso caminó a la salida con la maleta de Astrid en su mano.
Sasha y Astrid se miraron, Sasha artículo un «llámame», antes que esta última siguiera a Curt, entraron al vehículo con chofer que Curt Degan había rentado, durante el camino ninguno habló había mucha tensión en el aire, Curt solo habló para darle la orden al chófer hacia dónde dirigirse, el silencio era incómodo, en especial para Curt que continuaba recriminándose por haber tomado la maleta en primer lugar, pero en su rostro solo había un semblante frío y duro.
Astrid por su lado no sabía a dónde la llevaba, pero esperaba no perder su trabajo por esos inconvenientes, aunque no eran su culpa si lo habían hecho por ella, así que se limitó a seguirlo sin preguntar nada.
Entraron por las puertas de una lujosa recepción, Curt se aproximó para hacer su check-in, mientras Astrid curioseaba, una vez fuera de la recepción el lugar parecía un pequeño pueblo, su peculiar ordenación urbanística y arquitectónica le daba un toque de aldea tradicional de canarias, habían villas dúplex, de distintos estilos arquitectónicos canarios, apenas caminó por los senderos su vista vagaba de un lado a otro lo que provocaba que avanzará despacio.
Ver los gestos de asombro en el rostro de la joven causo curiosidad en Curt, para él esos lujos formaban parte de su día a día, su familia había sido acaudalada desde hacía tres generaciones, pero ver el rostro maravillado lo hacía ver el lugar de otra forma, espero pacientemente y caminó por aquel camino de piedra al ritmo de Astrid, cuando llegaron a su villa Curt abrió la puerta, entró dejándola abierta para Astrid quién estaba pocos pasos detrás aún entretenida por los detalles de las demás villas.
Ella se percató cuando Curt Degan entró en una de ellas, entró por la puerta que estaba abierta y pudo verlo subiendo las escaleras, aún no sabía porque la había traído aquí, pero cualquiera con dos neuronas lo intuía la pregunta era, ¿por qué?, pudo haberla dejado dormir con Sasha, miraba las escaleras por dónde Curt Degan había desaparecido antes, cuando regresó mirándola de frente con su interminable rostro de seriedad.
—La primera puerta del lado izquierdo — dijo bajando las escaleras, no le quitaba la vista de encima.
—¿Por qué? — preguntó Astrid, Curt se detuvo frente a ella.
—Protejo mis activos nada más.
Pasó a lado de ella, estaba por abrir la puerta cuando la volvió a oír.
—Sabe perfectamente que no era necesario traerme aquí.
Ella tenía razón y Curt lo sabía, pero no estaba dispuesto a aceptar que ella lograba que bajara su guardia y mucho menos estaba dispuesto a hacérselo saber.
—Escuche señorita Astrid, si prefiere dormir en la calle adelante, váyase, no me importa, pero mañana la quiero aquí a las 6:30 am, lista para la sesión, reluciente, muy bien descansada si aún quiere conservar su trabajo y cierre la puerta al salir.
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Bajo el lente de la cámara
RomanceUna joven modelo con problemas económicos, desempleada y con un hermano en coma. Un fotógrafo con una vacante disponible que necesita llenar urgentemente. La joven modelo tendrá que soportar el agotador ritmo de trabajo de su atractivo fotógrafo, e...