𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢𝐚, 𝐔𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚. "𝑻𝒐𝒃𝒊𝒓𝒂𝒎𝒂 𝑺𝒆𝒏𝒋𝒖" © [EDITANDO]

Especial de Navidad. 2

Este capítulo tiene escenas con contenidos explícitos para algunas mentes (+18), se recomienda un poco de discreción. Si eres menor no me hago responsable con lo que vayas a encontrar e imaginártelo, queda bajo tu responsabilidad. Xoxo
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Había terminado de preparar el festín con Zoka, la casa irradiaba, todo estaba más que listo incluyendo la decoración desde la entrada principal hasta el interior de la mansión. Todo estaba perfecto, ¿Qué podría salir mal?

Me encontraba en mi habitación decidiendo por mi apariencia, el Albino se había devuelto después de su debido estrallón. No puedo culparlo en lo absoluto que no quiera ver a nadie después de ese suceso, su hombría fue puesta en ridículo, pero a cualquiera le pasaría.

Hay dos opciones: colocarme un vestido rojo por motivo a la navidad o combinarme con negro y luces navideñas. La moda no es tan lo mío, pero tampoco quiero verme poca cosa, además quiero molestar al tsundere.

Tenía colocada una toalla alrededor de mi cuerpo y otra pequeña envolviendo mi cabello. Me coloqué crema corporal con olor a frambuesa y encima un poco de colonia con brillo, a veces era más femenina de lo que podía aparentar. Me encantaba los juegos de cremas y colonias de un mismo olor, especialmente el de frambuesa y vainilla.

Me decidí por el conjunto de luces navideñas con toques negros. Lo saqué del closet y lo coloqué encima de mi futón. Saqué mi ropa interior a juego de color negro con encajes y también las coloqué al lado de mis prendas. Me quité la toalla y coloqué mis bragas, hasta que un sonido de puerta cerrada me hace girarme histéricamente.

— Pero que Caraj..— De repente el intruso me toma por la cintura girándome y pegándome más a su cuerpo.

— Que boca más sucia tienes.— Por la manera en la que lo ha susurrado en mi oído me ha hecho estremecer.

— ¿Q-qué quieres Tobirama?.— Me aprieta más y siento como mi cara arde y cada parte de mi cuerpo al saber como me encuentro y en qué posición.

— Que bonitas braguitas.— Con una mano me sostiene toda la cintura y con la otra pasa su mano por encima de mi ropa interior. Cerré los ojos por intromisión.

— ¿P-podrías esperar a que termine de cambiarme?.— Patéticamente he dicho eso mientras tengo los ojos cerrados ante su toque por encima de mi zona.

— Creo que..— Quitó su mano por encima de mi zona y la deslizó por mi abdomen hasta llegar a uno de mis senos.— No quiero.— Dicho esto apretó y jadeé ante su toque.

Rápidamente me giró y me pegó hacía el otra vez. Su mirada era oscura, intensa y a la vez hacía que cualquiera babeara por él si la mirase así.

Lo observé silenciosamente, llevaba una camisa blanca que le quedaba perfectamente sensual, con su color de cabello lo hacía ver demasiado bien, a juego tenía un pantalón fino color negro y podía sentir algo detrás de este posicionándose en mi estómago.

— ¿Te comió la lengua el gato, cuervito?.— Llevó una de sus manos hacia mi trasero acariciando allí descaradamente.— No te demores al bajar, tienes que conocer los aliados también.— Dicho esto me propinó una nalgada.— Precioso lo tienes.— Sonrió de una forma tan sexy en la que mostraba su perfecta dentadura.

Y se fue.

No acostumbraba verlo sonreír así y eso me ha dejado sin aliento y totalmente encendida. Me ha dejado de esta manera, ni siquiera sé qué apodo ponerle por esto.