𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢𝐚, 𝐔𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚. "𝑻𝒐𝒃𝒊𝒓𝒂𝒎𝒂 𝑺𝒆𝒏𝒋𝒖" © [EDITANDO]

Posesividad.

━━━━━━━━━━†━━━━━━━━━

¿Qué era eso que escuchaba?

¿Gemidos?

¿Sollozos?

¿¡Gemidos?!

¿En plena guerra se atrevía él a hacer eso? ¿Frente a mis narices? Bueno no mis narices, pero ¡estoy aquí! Está en mi territorio de misión, me importa un carajo si es el hokage, pero lo está y estoy a cargo.

Cálmate Kyomi, no vayas a la tienda, no entres, no te encuentres con algo que no quieras ver.

— ¡Quietos pies!.— Histéricamente me encontraba gritándole a mis pies que se controlaran y no fueran a ese camino.

¡Tenía que ir, sino no podría estar tranquila y si, voy a ir!

Me encontraba decidida mientras todos recogían las cosas de la cena para empacarlas y disponerse a descansar hasta la mañana siguiente, a pasos firmes me dirigí a su tienda deteniéndome frente a la entrada y preguntándome si realmente quería entrar y encontrarme con alguna escena.

Mis piernas flaquean, me muerdo las uñas y una gota fina de sudor baja por mi espalda baja. Estoy más que nerviosa y eso es bastante obvio, no estoy pensando con claridad, no tengo la cordura fría.

Concéntrate mujer.

Mujer

Instintivamente recordé a Tobirama cuando me llama de esa forma. Ahora todo tiene que ver con él y no puedo controlarme, admito que mi ser lo extraña incontrolablemente, pero ante cómo lo vi hace un rato no puedo sacármelo de la mente y mucho menos permitir que aquella nutria resbalosa se adentrara así como así a su tienda. Además, no iba a permitir que hicieran tal acto en MI misión, en la que YO estoy a cargo.

— No sé si no les enseñaron a respetar en plena misión para...— Decidida había entrado, pero encontraba a Tobirama en una silla parecida a un trono y un mesón frente a él con papeles y frente a él estaba la Mashiba sentada y con la cabeza gacha, al parecer solo charlando.

Tobirama enarca una de sus cejas y me mira seriamente esperando que diga algo de por qué he entrado de esta manera, la Mashiba me mira con cierta acusación en su mirada.

— ¿Que te inquieta, Uchiha?

Me sonrojo por la vergüenza que acabo de pasar y veo Tobirama esperar una explicación y a punto de burlarse de mí cuando veo cómo la comisura de su labio se curva y reprime no sonreír.

Idiota.

— Venía a anunciar que ya es hora de que todos estén en sus respectivas tiendas para descansar porque partiremos en la mañana.— Sonrío satisfactoriamente sabiendo que me la he ingeniado y se me borra la sonrisa notando que eso parece que no la quiero a ella dentro de la tienda de Tobirama.

Tobirama sonríe mostrando su perfecta dentadura y yo le miro mal. Se recuesta con ambos brazos doblados detrás de su cabeza remarcando excesivamente sus fuertes brazos y yo me quedo embelesada.

— La señorita Mashiba ya se va.

Esta le sostiene la mirada como tratando de saber qué decirle para quedarse y voltea a verme matándome con la mirada.