Un dedo.

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Me encuentro otra vez en el lado del bufete devorando cada cosa que acabo de tomar porque muero de hambre después de la masacre que pase con el nuevo Hokage. No puedo creer que haya sucumbido a todo eso y lo mejor es que Tobirama en esas acciones es difícil sacármelo de la mente recordando su mirada, sus brazos a ambos lados de mi y...

— Señorita Uchiha.— Alguien me toca del hombro haciendo que por inercia voltee y me sonroje por estar recordando lo que Tobirama y yo hicimos sin pudor alguno.

— L-lo siento Sr Raizel.— Me disculpo por no haberle prestado atención cuando ha llegado que ni cuenta me he dado.

Él me observa de una manera indescifrable y luego mira todo lo que llevo en un solo plato y sonríe con burla.

— Tiene mucha hambre.— Dice esto en un tono irónico y ruego que no se imagine el por qué.

— S-si es que no comí bien.— Miento y dirijo mi mirada hacia otro lado, por qué es que tengo que pensar en ese momento calenturiento.

— No, no ha comido bien. Ha comido excelente debo decir y yo también.— Maldigo internamente al saber que tuvo que aparecer el rey de Roma.

Tobirama me observa y luego mira mi plato y la comisura de sus labios se juntan reprimiendo alguna estupida sonrisa burlesca que quiera formársele, pero no quiere perder la postura ni el gesto ante el noble.

Por otro lado, Raizel entiende lo que Tobirama acaba de decir. Lo que me faltaba, tan obvias son las irónicas indirectas de este albino o mi rostro, solo tengo hambre y ya. Es normal ver a una persona comiendo tanto, acéptenlo ineptos.

— Señorita Uchiha, quería pasar a informarle que ha sido un grato placer para mi conocerla. Debo partir en unos minutos y quiero añadir que si necesita cualquier cosa, estoy a su disposición.— Me entrega una pequeña tarjeta y observo que tiene su nombre y algunas informaciones para datos de mensajería.

El Senju se encuentra cabreado por la osadía con la que el noble le ha dado su contacto a su mujer y ella se ha sonrojado.

— La suerte de todo esto es que no va a necesitar na-da para su disposición.— Tobirama escupió esas palabras y entre ambos podía haber un hilo de electricidad invisible que los dividía, aparte de uno en carne y hueso que era yo en medio de estos.

— Gracias Sr..

— Por favor llámame Kadis o como te sea más fácil llamarme, acepto diminutivos.— Toma mi mano y la besa delante del Senju a quien veo que frunció más su ceño y levantó un dedo haciendo que la atmósfera se torne pesada y un enorme viento se adentre en el lugar, su posición era tan firme que el suelo comenzó a agrietarse y su aura se tornó de un tono azul marítimo, sentía su chakra subir pero sabía que esto no era nada comparado con lo que él realmente tenía y quien era.

— Tobirama.— Hashirama apareció a su lado y su aura se tornó de un tono púrpura ejerciendo presión en el suelo y tratando de bajar el chakra de su hermano y alerta ante cualquier ataque que pueda llegar a hacerle al noble.

Todos estaban estupefactos, hasta los subordinados de la aldea sentían temor porque el segundo hokage solamente había levantado un solo dedo y liberó un enorme poder solo con esta acción.

𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢𝐚, 𝐔𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚. "𝑻𝒐𝒃𝒊𝒓𝒂𝒎𝒂 𝑺𝒆𝒏𝒋𝒖" © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora