━━━━━━━━━━†━━━━━━━━━
Odio.
Ira.
Celos.
Tres emociones negativas me poseían en este momento, mi Sharingan no se desactivaba de mi como si estuviera alerta de cualquier cosa. Le pegaba más fuerte a los objetos de entrenamiento en el salón donde una vez tuve a Tobirama enfrentándose conmigo.
Lanzaba kunais hacia todas partes, estuve a punto de darle una patada al suelo, pero si lo hacía lo desbarataría hasta hacerlo añicos.
Debía manejarme, no podía dejarme consumir. No era adecuado.
¡Maldito Senju! Sus orbes, su estructura, su cabello, su tacto, todo lo que no puedo evitar, lo que me estremece y me hace suspirar por más lo tiene él.
Hasta a mi misma me detesto.
Estaba exhausta, pero no podía parar de entrenar. Si Izuna estuviera vivo me hubiese preguntado si ya he cenado.
— Izuna.— Susurraba mientras agachaba mi cabeza tratando de no pensar en él en estos momentos, de no pensar en que murió a causa mía, tratando de no consumir mis pensamientos en culpa hacia mi alma.
Mientras estaba en esa posición sentí la presencia de un chakra fuerte, intenso y áspero. Hasta que vi la sombra sobrepasando la mía y el tamaño que se reflejaba.
Apreté los dientes y mis manos haciéndolas puños tratando de no soltar alguna grosería, mordí mi labio con desesperación y frustración.
Los celos me quemaban.
— Kyomi.
Su voz.
Su maldita voz.
Tosca, áspera, sensual y totalmente irresistible para cualquier ser humano en este mundo. Hasta para un hombre juraría que se hace homosexual por él.
No le respondí, seguí entrenando aunque estuviera simplemente plantado allí como si sus pies tuvieran raíces y se encontrara pegado a la tierra, el piso y la madera que tenía.
Los kunais le pasaban por cada lado de su cabeza, de sus hombros y él no se inmutaba a nada.
— Kyomi.
Escuché con más advertencia su voz, tan demandante a la vez.
Seguí entrenando con gran velocidad hasta que una de sus manos se posicionó con fuerza, pero sin dañarme en mi muñeca. Estaba frente a mi con aire de frialdad e irritación en su rostro, me miraba con esa mirada que contiene un metal afilado en sus orbes y sus labios y mandíbula apretados ante mi.
— Detente, mujer.
Mujer.
Ante cómo me llamó no pude evitar cerrar los ojos por inercia saboreando mentalmente el apodo que ha tenido y cómo le ha salido.
Sin apartarle la mirada con mi otra mano iba a quitársela sobre mi muñeca, pero este como si leyera mis pensamientos utilizó un kunai y lo posicionó en mi cuello.
— No juegues conmigo, preciosa.
A pesar de utilizar esos apodos tan inesperadamente atractivos en él, seguía con la mirada fría y sin expresar ni una pizca de emoción en él. Era más tosco de lo que pensé.
Ladeé mi cuello para darle más autorización con el kunai que posicionaba allí y sin dejar de mirarlo me zafé de su agarre y tomé varios kunais lanzándolos hacia él. Este los esquivaba con agilidad y rapidez, pero tampoco iba a quedarme atrás.
Se acercó rápidamente hacia mi y los kunais que él llevaba y yo también lo chocamos ante un ataque igual que hicimos hacia el otro.
Yo retrocedía mientras este se acercaba y ambos kunais que llevábamos chocaban al compás haciendo un sonido metálico que hacía eco en todo el salón. Mientras retrocedía tropecé inútilmente con uno de los objetos de entrenamiento haciendo que esté también tropezará y diéramos una vuelta yo quedando encima de él y posicionado el kunai de esa manera. Él también lo posicionaba de la misma manera, pero un poco más alejado de mi a como yo lo tenía de él.
Se quedó observándome mientras nuestras respiraciones estaban aceleradas, sus orbes brillaban pero a la vez se notaba la tensión de lo irritado que se encontraba ante la situación que ahora que lo pienso me parece ridícula este arduo enfrentamiento con él.
Sin más preámbulo la puerta del salón había sido abierta dejando ver a un Hashirama desconcertado.
— Buenas.— Lucía nervioso como si no debió haber entrado y presenciar tal escena.— Es hoy, ya debes de prepararte Tobirama.— A medida que arrastraba cada palabra se notaba su incomodidad y a la vez se rascaba la cabeza.
Escuché un leve "tsk" por parte del albino que aún seguía debajo de mí y yo sin inmutarme observando a Hashirama.
— E-eso era todo. Como que me voy, no? Nos vemos.— Desapareció rápidamente mientras hablaba entrecortadamente nervioso.
Se escuchó el áspero arrastre de la puerta siendo cerrada y hundiéndonos en un terrible silencio otra vez con la respiración más normalizada que hace dos minutos.
— Desde mañana yo mando, Uchiha.— Sin más desapareció como fantasma haciendo que ante su falta debajo de mí chocara boca abajo en el piso.
Las palabras de Hashirama y las palabras del albino se repetían en mi mente una y otra vez.
Entendí que desde mañana trabajaría más en serio, desde mañana me ataría al Senju, desde mañana será Hokage.
Hoy es la ceremonia.
Tobirama será Hokage.
━━━━━━━━━━†━━━━━━━━━
HEY HEY HEY!!!
Será Hokage yaaa! Que rápido crecen!
*Llora como mamá luchona*Siento que haya sido muy corto el capítulo de hoy, pero actualizaré más seguido porque desde ya empieza lo bueno.
¡Lloraremos, gritaremos y reiremos!
Tobirama no me quiso dejar hablar más sobre qué será Hokage, a veces es demasiado enojón y frío conmigo, la culpa es de él hoy. No me maten mis lectoras bellas.
*Le da un manotazo a Tobirama*
ESTÁS LEYENDO
𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢𝐚, 𝐔𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚. "𝑻𝒐𝒃𝒊𝒓𝒂𝒎𝒂 𝑺𝒆𝒏𝒋𝒖" © [EDITANDO]
Fanfiction"Cuando un Uchiha siente amor, es como si sus sentimientos contenidos se desataran y despertase algo más fuerte que el sentimiento de amor de los Senju". -Tobirama Senju. "En mi camino hay un obstáculo, es una Uchiha". Rankings más relevantes: 🥇#H...