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Soobin no entendía porque Yeonjun tenía tanta prisa para llegar a su casa; era como si algo le picara o urgiera.

Después de haberse bajado y haberle pagado al conductor del taxi, Yeonjun prácticamente lo arrastró fuera con necesidad, jalándole de la muñeca y el agarre siendo doloroso.

Por supuesto que eso no quitó el hecho de que el corazón de Soobin se disparara como loco. Es más, esa fuerza innecesaria era mucho más excitante.

Por lo que Soobin sabía, como el buen acosador que no era, el padre de Yeonjun tenía un horario de trabajo bastante pesado por lo que casi nunca estaba en casa.

Entonces eso explicaba mucho porque Yeonjun al entrar a casa con él de la mano, ni siquiera se molestó en buscar si había alguien más en casa, seguramente sabía que su padre no estaría presente.

Así fue como sin explicación alguna, arrastró a Soobin escaleras arriba. Un poco grosero de su parte quizá, pero Yeonjun estaba con la cabeza tan caliente y nublada por los últimos sucesos, que en lo último que pensó fue en modales.

Lo hizo pasar a su habitación, y con un gesto de mano, le indicó que se sentara en su cama.

Soobin estaba entre confundido, asustado y emocionado por su repentina e insólita actitud. Lo único que sabía era que tenía que ver con aquellos tres chicos del centro comercial.

Tratando de obviar el hecho de que estaba en la habitación del peliazul por fin, no siendo un sueño esta vez, se concentró en el hecho de que Yeonjun se veía de todo menos feliz. Y eso le molestaba.

El mayor se veía realmente extrañado y perturbado de alguna forma; se mordía el labio inferior con insistencia, sus ojos divagando por la habitación, como buscando un punto al que aferrarse. Era muy notorio que estaba nervioso, como si quisiera decir algo pero no pudiera o no supiera cómo hacerlo. Y en realidad, no estaba muy lejos de la verdad.

El silencio ya habiéndose extendido demasiado, fue roto por un ansioso Soobin.

——¿Todo en orden? ——preguntó con cautela.

——No ——se sinceró el mayor.

Cuando por fin vio a Soobin a los ojos, se mordió con más fuerza el labio inferior.

Dios mío, ¿qué estaba haciendo?

El silencio se extendió unos segundos más hasta que Yeonjun se movió abruptamente, dándole la espalda para buscar algo en su closet.

Soobin tan solo podía mirarlo con duda.

Yeonjun se giró de nuevo hacia él y arrojó algo a la cama, algo cuadrado, liviano y pequeño: una foto.

Totalmente perdido, Soobin intercaló miradas entre Yeonjun y la foto, por lo que todavía no la había apreciado bien en su totalidad, solamente se había percatado de que habían bastantes personas en ella.

Con la mirada le pidió una explicación antes de enfocarse en la foto.

Yeonjun exhaló. Sus dedos temblaban de nuevo, carajo. Pero sentía que tenía que decirle. Sabía en el fondo que era momento de soltarlo, y tan solo podía pensar en Soobin para hacerlo.

——Sé qué ahora mismo estoy divagando y que me estoy comportando muy raro, pero... ——Exhaló y con una mano se cubrió la cara. Ahora que intentaba pensarlo un poco mejor, esto era una locura. Soobin tenía que haberle hecho un amarre o algo parecido. ¿Por qué tenía que ser tan blando con él? ¿Por qué últimamente se sentía tan nervioso cuando estaban juntos? ¿Por qué empezaba a sentir cosas que nunca antes había sentido en la vida?

MENTES RETORCIDAS [Yeonbin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora