❱ bufanda

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Parecía que después de aquellas palabras, todo el mundo se había quedado estático. Sin ruidos por parte de ambos Zoldycks, y Gon, quien seguía escuchando. Confundido con las palabras que Killua dijo en ese tono intimidado.

"¿Cómo qué regresar a su habitación? ¿Alluka no estaba en su cuarto?" extraño, totalmente raro para él. Osea, podían ser muchas cosas, tal vez Alluka se había ido a otro lado a descansar o ¿Quién sabe?

—Está bien hijo, todo con tal de que sigas así. —Al fin se escuchó una respuesta. Gon prefirió no darle demasiadas vueltas al asunto, no cuando escuchaba pisadas acercarse hacia él. Entró en pánico y decidió moverse con agilidad hacia un cuarto que estaba a su lado.

No por nada era bueno en todos los deportes. Su corazón lo sentía en la garganta cuando escuchaba aún las pisadas de quien supuso que era Killua.
Desde su posición, pudo escuchar el suspiro que salió de sus labios mientras cerraba la puerta de la habitación en la que había estado.

"Killua está... ¿Asustado?" Perplejo, Gon pensó mientras seguía escuchando pisadas, que por su mala suerte, se dirigían al cuarto en el que estaba encerrado.
Abrazó la bolsa que había estado sosteniendo cómo su salvador desde el principio y se alejó con pisadas lentas al no tener escapatoria. Para peor, se tropezó con un zapato que no había visto detrás de él, cayendo sobre una cama que, extrañamente, tenía el olor de Killua.

—Uh... —Se sobresaltó. Pero era tarde, el albino había ingresado al cuarto, y cuando notó a Gon, se quedó de piedra.
Se miraron por un rato hasta que el peliverde tratara de levantarse de la cama, pero parecía que la torpeza se había adueñado de su cuerpo; ya que nuevamente se resbaló por la alfombra del suelo.

—¿... Gon? ¿Q-Qué haces aquí? —Killua decidió hablar. Tenía la cara roja al verlo, ahí sobre su cama tratando de levantarse en vano.

—Ah JAJA... Killua... —Definitivamente no era la forma en la que quería darle el regalo, jamás en su vida se habría imaginado una situación así, pero ahí estaba, viviendo algo que realmente no esperaba.
Cuándo al fin se pudo levantar, saludó con la mano, con una gota cayendo sobre su frente. "Dios, que pena..." pensó mientras se acomodaba el uniforme con una de sus manos.
—E-esto ¡Sí! Perdona... Vine aquí hace rato y estuve buscándote. ¡Q-qué casualidad que esta sea tu habitación! —A cada palabra dicha, las mejillas de Gon se ponían cada vez más y más rojas. Podía sentir el latido de su corazón contra sus oídos y la sangre subiendo hacia sus orejas.
"Acabo de estar sobre su cama y él me vio." No podía estar más avergonzado, y algo feliz en lo más profundo de su corazón.

Killua cerró la puerta detrás de él y camino hacia donde estaba. Tenía una expresión aún sorprendida, pensando la razón por la que estaba ahí en ese momento. ¿Cómo había encontrado su habitación? Por un momento, recordó que sus hermanos e Illumi pudieron haberlo visto.

Abrió más los ojos al recordar a su hermano mayor, el que siempre trataba de manipularlo, el que quería quitarle la poca libertad que tenía en sus decisiones. Sabía de primera mano que Illumi no quería que tuviese amigos, por eso no le contó su amistad con Ikalgo a nadie. Gon era un amigo bastante reciente... ¿Sabrá de su existencia? Y si es así ¿Le dejó entrar a su habitación así sin más?

Frunció las cejas mientras volvía a caminar hacia Gon y le agarraba del brazo con suavidad. —¿Alguien te hizo algo? —La opción de que le hubiesen lastimado seguía atacando su conciencia. Observó su mano y luego parte de su brazo. No podía ver su piel debido a que él cuarto estaba a oscuras y Gon tenía ropa encima.
Sabía que Illumi a veces hacía cosas extrañas con sus agujas, aunque sólo las aplicaba en su trabajo. Estaba consciente también de que Kalluto y Milluki podrían haber estado en el primer piso, y sus técnicas de tortura eran bastante menos peligrosas que las del azabache mayor.

𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗸𝗶𝗹𝗹𝘂𝗮 𖤛 killugon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora