𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗸𝗶𝗹𝗹𝘂𝗮 𖤛 killugon.

❱ competencia

Ya había pasado una semana desde que Gon se había propuesto a hacer su mayor esfuerzo para conseguir ser alguien de alto calibre en el juego popular de la escuela.

Había mejorado mucho, demasiado, y es que estar casi todo el día metido y la dedicación que le daba no era ni medio normal.
Pero ahí estaba, en su pupitre, jugando antes de las clases una carrera y logrando colocarse en primer lugar.
Sonrió en grande, no mostró tanto orgullo pues ya había sucedido demasiado últimamente, se había vuelto muy bueno, es por eso que se hallaba 100% seguro de sus habilidades y listo para inscribirse en el torneo de la tarde, todo con la intención de acercarse más al chico albino.

—Te veo feliz Gon ¿Qué pasa? —Kurapika recién arrivaba al salón de clases como siempre lo hace, justo a tiempo para que el más pequeño le comenzara a relatar sus progresos con notable emoción.

—¡Buenos días Kurapika! ¡Es que ahora si estoy preparado! —Exclamó con los ojos brillando en esperanza haciendo a Kurapika suspirar con una sonrisa y negar, era bonito verlo así de animado por algo tan simple.

—Que bueno Gon, pero espero que también hayas estudiado para el examen de matemáticas. — Comentó mientras se sentaba a su lado y comenzaba a rebuscar en su mochila azul, siendo observado por un Gon totalmente asustado y con la boca entreabierta ante lo último que dijo. —¿Había... Examen?—Toda esa emoción se fue apagando hasta sólo quedar con una expresión triste y decaída, si no aprobaba ese examen, su tía Mito le regañaría de nuevo, y probablemente le prohibiría ir a pescar junto a Ging esa semana.

Kurapika ya iba sacando el pan respectivo para Gon de todas las mañanas, volteandose y apenas notando que ahora su amigo se encontraba triste y con una pizca de depresión.
—Kurapika, no estudié nada ¿Ahora que hago? —Bloqueo su móvil y se apoyó contra la mesa delante suya, acunando su mentón sobre sus antebrazos.

El rubio se quedó pensando un momento, guardando el pan y ya teniendo en claro lo que iba a decir se acercó a su amigo, levantándose de su lugar y arrodillandose delante de él para que pudieran mantener contacto visual. —Puedo ayudarte. —Le palmeó la cabecita haciendo al más pequeño reír un poco. —Sería genial, pero sabes que soy pésimo en matemáticas y no podré aprender en unas cuantas horas. —La mano de Kurapika paró sus movimientos con un dilema en la cabeza ¿Habría algo que está vez pudiera hacer por su amigo?

—¿Crees que debería hacer trampa? —Murmuró Gon con una mueca malvada aunque en realidad sólo se mostraba adorable. El mayor le pegó con suavidad en la cabeza y los ojos del afectado se cerraron fingiendo dolor al instante.

—No lo harás en mi guardia. —Se levantó de donde estaba y la mirada de Gon lo siguió, observando que se sentaba a su lado de nuevo. —Se me ocurrirá algo... —Le dijo haciendo una sonrisa, volviendo a sacar el pan y entregándoselo al azabache quien hizo un puchero, toda la semana había estado recibiendo mucha comida y sentía que había subido unos cuantos kilos de más, pero de igual forma lo aceptó, con la única excusa de que fue hecho por Kurapika.

Tenían suerte, matemática tocaba a las últimas horas.