❱ ilusión

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A pesar de que todos sus intentos en tratar de al menos llamar la atención de su crush sean en vano, Gon no se rinde, y hoy está dispuesto a aprovechar la situación que gracias a los mismísimos dioses estaba sucediendo.

—Hoy resolverán ejercicios matemáticos en parejas. —El profesor indicó mientras se acomodaba los lentes escuchando los gritos de alegría de sus alumnos quienes comenzaron a parlotear para juntar sus carpetas y comenzar con el trabajo, aunque claro, en realidad sólo iban a hablar y no hacer nada.
El docente no era tonto, así que sonrió un poco malicioso mientras carraspeaba para llamar la atención de los alborotadores.

—Pero yo escogeré las parejas. —De pronto todo el aula comenzó a abuchear sacando una venita en la frente al profesor quien pudo controlarse y no irse a gritarles a todos.

Tomó una lista y escogió al azar, conocía a sus aprendices por lo que separó los grupitos de siempre y los puso con otros. —Kurapika y Senritsu. —Mencionó mirando de reojo la expresión sorprendida del rubio el cual iba a sentarse junto a Gon para ayudarle, después de todo el azabache no tenía idea de las matemáticas, su cabeza sufría una descompostura al momento de ver si quiera un par de fórmulas o ecuaciones de primer grado.
La cara de Gon no tenía precio, ahora sí que iba a enloquecer, sin Kurapika, quien era uno de los más inteligentes del salón, estaba perdido.

—Komugi y Neferpitou, Retz y Mereum, Bisky y Hisoka... —Y así siguió, viendo como de mala gana todos se sentaba en el lugar correspondiente, mientras tanto, Gon miraba un poco desanimado a su amigo irse de su lado.

Debería ocurrir un milagro para arreglar esa situación.

—Gon y Killua. —Terminó de decir acomodándose los lentes y mirando a los dos últimos que se sentaban varios metros apartados por elección del albino que prefirió mantener su distancia, bueno, hasta ese momento.

El salón se quedó en silencio, eso porque obviamente todos ya estaban enterados de los sentimientos de Gon hacia el ojiazul.

—Ahora mismo les respartiré las hojas. —Sin darse cuenta, el tutor aligeró el ambiente como si no se tratara de nada, mientras tomaba los papeles y salía de su lugar.

Gon estaba que no se lo creía, y todo rastro de desánimo se disipó cuando escuchó su nombre antes del de su amado.
La boba sonrisa que se formó no tenía precio, y sus ojos amielados brillaron con intensidad dirigiéndose hacia su, ahora, compañero, y no conteniendo su alegría atinó a levantarse de su sitio para ir dando saltitos hacia el pupitre del más alto.

—¡Hola Killua! ¡Seremos compañeros! ¿¡No es eso genial!? —Exclamó más para sí mismo, porque sí, todo era genial, además de que el contrario era muy inteligente a diferencia de él por lo que ahora nada podría salir mal.

El albino aún no salía de su incomodidad, por lo que no dijo nada y sólo asintió con una expresión frívola escuchando la silla a su lado arrastrándose hacia atrás para que Gon se pudiera sentar.

Kurapika dio un suspiro mirando la hiperactividad de su amigo al tener aquella grata oportunidad. "Esta es una gran oportunidad, tal vez hasta pueda darse cuenta que Killua no es como en su mundo de ensueño es." Ahora mismo, el rubio confía ciegamente en que el albino lo tratará mal para hacer que se aleje. No era lo mejor pero podría funcionar, todo con tal de que se quitara esa obsesión de la cabeza.

Mientras tanto se escuchaban murmurllos y risas, casi todas las miradas estaban en ellos, para todos ya es bien sabido que el azabache ha estado confesandose cuantas veces ha podido y siendo rechazado en todas.

—Silencio, empiezen ahora mismo que recogeré las hojas en una hora. —Comunicó el profesor todavía ingenuo ante el tema que se desarrollaba.

Killua dio un largo suspiro evitando que el tick en el ojo se le notara, el día había empezado muy mal. —Está bien... Gon, yo haré los 10 primeros y tú los 10 que quedan ¿bien? — Murmuró mientras revisaba los ejercicios planteados ignorando la mirada que el contrario le dedicaba con tanto detalle. —¡Como digas, Killua! —Exclamó, aunque en primera instancia no había revisado la hoja, y segundo, no había prestado atención a lo que dijo, solo admiraba su perfilado rostro pálido y sus ojos color azul marino.

𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗸𝗶𝗹𝗹𝘂𝗮 𖤛 killugon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora