𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗸𝗶𝗹𝗹𝘂𝗮 𖤛 killugon.

❱ vestuarios

Killua no hizo ni dijo nada al estar ya sin alguna excusa para escapar de ahí, así que cuando Gon se decidió a parar de caminar ya estaban dentro de los vestuarios.
Killua observó como el contrario cerraba la puerta y le ponía seguro, haciendo que se pusiera totalmente en alerta ¿Qué demonios quería ahora ese chico con él?

Las orbes doradas se encontraron con sus zafiros, parecía una mirada totalmente firme que flaqueó al ver la expresión disgustada del albino.

–¿Qué quieres? Estaba a punto de ver mi calificación. —Habló, seco y un poco cansado rodando los ojos mientras se acercaba al más pequeño, lentamente, sin despegar el contacto visual.

—¡Oh! Sí, yo... —Se quedó con la palabra en la boca cuando veía a Killua caminar hacia él, se veía tan... bien ¡No podía dejar de ver sus pectorales! Algo que lo sonrojó en grande ya que nunca pensó que en su vida diría algo así ¿Será la adolescencia? Recordaba que Mito-san le había dicho que estaría experimentando cambios en su fisonomía al igual que pensamiento.

Salió de sus adentros cuando sintió el sonido de la palma de las manos de su crush impactar con la puerta que estaba detrás de él, teniéndolo totalmente acorralado contra esta a lo que Gon comenzó a sudar totalmente rojo "No pensé que sucedería esto" Pensó alzando un poco la mirada volviendo a encontrarse con el menor contemplandolo.

Juraría que su rostro había pasado por cuatro colores diferentes, era la primera vez que estaba tan cerca de Killua, y tan rápido como el albino se acercó, se alejó, agarrando la toalla de las manos de Gon que las tenía detrás de su espalda.

Observó a Killua secarse el cuerpo, al menos lo que la ropa de baño le permitía, y eso dejó nuevamente embobado a Gon, era demasiado para él.

—¿Qué? Sé rápido, tengo mucho que hacer. —Arrojó con veneno, caminando hacia su casillero para buscar su ropa con un ligero escalofrío recorrerle ante esa mirada tan penetrante.

Al momento en que el casillero se cerró con fuerza, Gon recobró la conciencia. Agitó la cabeza a los lados negando rápido. —A-ah sí, yo quería saber el por qué estabas aquí ¿Participarás también en la competencia de natación? — Se le veía ahora bastante más curioso, casi como si lo de hace un rato no hubiese sucedido.

—¿Qué? No, sólo me faltaba una calificación del curso porque falté a la clase la semana pasada. —Ahora se mostraba bastante interesado en lo que dijo ¿Habría una competencia de natación? ¿Y no lo habían invitado?
Killua frunció un poco el ceño ante eso, si Gon sabía es porque a él sí lo eligieron. "¿Qué demonios? ¿Otra vez él siendo mejor que yo en algo?"

—¡Oh! Ya veo, siento la confusión. –Se rascó la mejilla con su dedo índice, ya se había emocionado de participar junto a Killua. "Aunque da igual, él podrá verme en algún momento."
No se dio cuenta de la mirada afilada que Killua le dedicaba, nuevamente sintiendose un poco molesto ante volver a estar detrás de él "Seguro vino a alardear ¿Verdad?" pensó apretando un poco sus puños.

—Está bien... Bueno, si eso era todo, puedes irte, me cambiaré. —Le hizo un ademán con su manito para que se retirara queriendo quitar sus celos otra vez de la cabeza, pero al contrario de eso, Gon caminó hasta estar más cerca de él, sentándose en las bancas que estaban siendo rodeadas por casilleros.

—Dime Killua. —Gon ignoró el hecho de que el albino quería que desapareciera de ahí. —¿T-Te gustó mi carta? —Tartamudeó mirando hacia abajo, evitando ver la expresión del albino la cual estaba mostrando nuevamente ese deje de desilusión.

Killua recordó que esa carta lo había hecho un poco feliz, estaba pasando nuevamente por ese dichoso problema en su familia, pero aquella carta —la cual era simple en su opinión— le tranquilizó solo lo suficiente como para poder dormir más tranquilo, algo que claramente no diría por una razón en especial.
"No, no voy a decir que me gustó su carta ¡Lo podría malinterpretar! No lo quiero persiguiéndome." Killua cerró los ojos pensando bien sus palabras mientras que Gon jugaba con sus dedos índices inflando las mejillas al sentir que había pasado una eternidad esperando una respuesta.