❱ promesa

4.3K 500 720
                                    

Como no, cuando tocó el timbre Gon estaba decidido a seguir a Killua, tomándo como una señal cuando este había abandonado el salón e ignorando el hecho de que no quería que fuese con él a recoger a Alluka. Entonces dio un paso para que le siguiese otro, pero no contó con que Kurapika lo iba a frenar tomando su hombro antes de que se fuera, jalándolo contra su cuerpo de modo que Gon había caído en su pecho con fuerza, lastimandose un poco la nariz.

Hizo un puchero, con las cejas levemente fruncidas y los cachetes inflados alzó su rostro encarando al Kuruta, mostrándole una de las expresiones más adorables existidas y por haber.
Sin poder evitarlo el rubio alzó ambas manos pálidas para apretarle las mejillas regordetas que tenía su amigo, riéndose un poquito cuando vio que su narizita estaba un poco rosada por el golpe y sus mejillas todas rojitas porque se estaba pasando un poco con la fuerza que usaba ¡Pero no podía evitarlo! Gon era tan adorable para su propio bien cuando él quería.

—Perdón, perdón. —Le soltó las mejillas cuando ya había pasado mínimo 2 minutos, a lo que Gon aprovechó eso para alejarse, acariciando su nariz con los ojos un poco brillosos por el dolor.
Kurapika le despeinó mientras se ponía la mochila, notando que ya nadie estaba en el salón.

Solo eran él y Gon.

Ah, y la mirada de Hisoka nuevamente en la puerta.

El rubio, apenas se dio cuenta de su precensia, mostró aquel brillo escarlata en sus ojos hacia el pálido Hisoka, quien se relamió indiscretamente—provocando más furia en Kurapika—desapareciendo en un parpadeo.

Gon no notó el intercambio de miradas furtivas, a lo que se mostró un poco confundido de ver a Kurapika molesto de un momento para otro. Puso una mano en el uniforme del contrario para llamar su atención con sutileza lo cual funcionó pues luego de un segundo su atención sólo estaba en Gon.

—Ya que estamos aquí ¿Nos vamos juntos? Ha pasado un tiempo desde eso ¿No crees?— Kurapika se puso su mochila, ignorando el hecho de las miradas asesinas de hace unos segundos.

Gon parecía haber olvidado completamente el tema de Killua ¡Era cierto! Extrañaba regresar con Kurapika, lamentablemente no pudo las veces pasadas ya que el rubio tenía clases particulares así que tenía que ir literalmente corriendo de aquí para allá, lo bueno era que su semestre había acabado recién ayer así que se podían tomar el lujo.

—¡Sí, vamos! —Sonrió suavemente, notándose la emoción de retomar esa vieja costumbre perdida por los estudios de su amigo.
Kurapika se sintió cálido al ver su emoción, le agradaba el hecho de provocar sonrisas en su pequeño amigo.
Caminaron juntos hasta el estacionamiento de bicicletas, llegando entre palabreo y palabreo de temas aleatorios.

Ahí notaron que la mayoría ya se había retirado, salvo algunos que tenían actividades en la escuela.

Se montaron en las bicicletas, para fortuna de ambos no vivían tan lejos, eran casi vecinos pero a la vez no.
Gon aún recuerda cuando buscaba a Kurapika para irse juntos pero tuvo también que abandonar aquello por que los padres de su amigo se volvieron algo estrictos y veían a Gon como un claro ejemplo de lo que no se debe hacer. Así que lo despreciaban y lo identificaban como una mala influencia para su hijo, algo que Kurapika ignoró totalmente, después de todo el oji-ámbar era su primer y único mejor amigo, no iba a dejarlo sólo por una estupidez inventada por sus padres.

Gon era un chico maravilloso, era bueno en muchas cosas, no era tan responsable pero aprendía rápido, lo único que le faltaba era ser atento y dejar de distraerse, algo que no tenía ni tuvo, peor ahora que estaba enamorado.

Kurapika negó ante sus pensamientos, sonriendo mientras veía de reojo al azabache y luego a la autopista para no chocar o algo por el estilo, porque si no existiera algún obstáculo en su perímetro, estaría 100% seguro que vería solamente a Gon.

𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗸𝗶𝗹𝗹𝘂𝗮 𖤛 killugon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora