Capítulo 6: Vínculos

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-Rin...- suspiró Kagome,con cuidado puso un paño húmedo en la frente de Rin.

Después del ataque de hace una semana que había sufrido el templo, Rin había estado en cama durmiendo, recuperándose de la herida que sufrió, aunque iba sanando bien y su vida no corría peligro, a veces le daban fiebres, ya que la herida tenía veneno y por eso tardaría un poco más de tiempo en recuperarse.

Kagome miro hacia la puerta, donde se encontraba de pie Sesshomaru, tenía una expresión indescifrable y muy seria, pero todos los días sin excepción, iba a ver a Rin en la mañana y en la noche, Kagome pensaba que quizás estaba preocupado por la joven que lo había tratado con tanto respeto y que le había llevado comida a pesar de haberse negado a recibir su ayuda.

-Ella estará bien, el veneno no era muy potente, así que dentro de poco podrá estar de pie.- le dijo Kagome con una sonrisa amable. Sesshomaru se dio la vuelta ignorandola.- cielos, sólo Rin podía llevarse bien con un tipo como él.

Kagome salió de la habitación de Rin y se topó con Inuyasha quien veía hacía el cielo con la mirada perdida.

-¿Cómo sigue?.- al escucharla salir, le preguntó de manera distraída, pero se podía escuchar una cierta preocupación en su voz.

-La herida no fue muy profunda, pero el veneno es lo que la tiene durmiendo.- sé paró a su lado a mirar el cielo.

-¿Se recuperará?.- Inuyasha volteó a verla con sus curiosos y hermosos ojos dorados y, como si se tratase de un pequeño cachorro movió sus orejas de una manera adorable.

-Si, saldrá de esta.- le regresó una sonrisa.- Cuando se elimine el veneno de su cuerpo, ella podrá despertar.

-¡Amo Inuyashaaaaaaa!.- se escuchó decir una voz, Kagome miro para todos lados buscando de donde venía.- ¡Lo he esperado tanto tiempooooo! ¡Pensé que estaría modo tieso en estos momentos...- en la nariz de Inuyasha, comenzó a crecer una bolita, así que se dio un fuerte golpe y algo cayó como si fuera una hoja hacia su palma.- Ay en la cara no porque de eso vivo...

-Anciano Myoga ¿Dónde estabas cobarde?

-... Disculpe Amo Inuyasha, sólo estaba buscando al viejo Totosai para que le forjara una armadura nueva, no puede andar con esos harapos solamente.

-Pero si hace unos momentos dijiste que pensaste que había muerto.- dijo Inuyasha con una mirada castigadora hacia su palma.- seguramente saliste corriendo como todo un cobarde.

-... ehm es que no podía sentir su esencia ni la del señor Sesshomaru, por cierto ¿Dónde está que no lo veo?.- ignoró el comentario.

Kagome no entendía nada así que se acercó y vio que Inuyasha estaba hablando con una diminuta pulga.

-¡Ay un bicho!

-Oye niña, ¡más respeto, te estás refiriendo al gran Myoga como si fuera un bicho común y corriente! Mira que entré bichos tenemos clases.

-Cállate, no estás en posición de ponerte así, pulga cobarde.- con dos de sus dedos, Inuyasha comenzó a aplastar a la pulga.

Los interrumpió un mufido de una vaca, no muy lejos de ahí cayó un rayo y detrás de sí, dejó a un anciano encima de una vaca, quien iba cargando una bolsa de tela.

-Totosai.- lo saludó Inuyasha. El anciano Totosai y el anciano Myoga, eran antiguos amigos y sirvientes del padre de Inuyasha desde hace mucho tiempo y lo conocían mejor que nadie, por eso estaba un poco animado, así podría preguntarles a ambos sobre algunas cosas.

-Vaya Inuyasha, parece ser que estas bien vivito.- le dijo de manera alegre el anciano Totosai.- aunque es una lástima que su padre haya muerto. Espero que comprendan el gran compromiso que han adquirido.

Sagrada MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora