23. Avanza ya

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Natsu había parado con anterioridad para cortar un poco de su ropa y detener la sangre que salía de Shoto.

Era mucha, tenía los nervios a tope mientras seguían avanzando.

—Hace frío —murmuró el bicolor retorciéndose.

—Un poco más, aguanta un poco más.

El menor tocó el pecho de su hermano refugiándose para obtener algo de calor, sentía su cuerpo muy pesado; sin energías.


[...]

No había una sola persona que no tuviera cortes o moretones en su cuerpo, era notable todo el esfuerzo que tenían que hacer.

Bakugo atravesó a uno con su espada, al darse vuelta pudo ver como al parecer habían ganado.

Cada rey revisó que sus tropas estuvieran en orden, inevitablemente había bajas.

—Ahora falta Aizawa —habló Enji recuperando el aire.

Toshinori levantó su mano mientras con la otra se sostenía de una de sus rodillas, las personas lo miraron ante ese gesto.

—En cuanto recibí la carta, mandé a que lo arrestaran en nuestro nombre —informó sentándose.

Izuku llegó a su lado para comprobar que no había que preocuparse, le ayudó a limpiar sangre de su frente mientras continuaba con lo que el rubio decía.

—Lo llevarán al Norte, a más tardar llegarán en una semana.

Los demás príncipes veían por sus soldados, fue Katsuki quien después de terminar caminaba hacia el pelirrojo pero fue interrumpido por otro del mismo color de cabellos.

—Tenemos que irnos —pidió Touya a su padre—, necesitamos ser atendidos y quiero ver cuánto antes que Shoto esté bien.

Enji asintió a lo dicho por su hijo, ante eso el cenizo avanzó más rápido hasta ponerse frente al rey y el príncipe.

Todos posaron la vista en ese joven, sobretodo el Sur que ya estaba enterado de la relación de su heredero con el heterocromatico.

—Iré con ustedes —demandó tocando su brazo que sangraba—, tengo que ver a Shoto.

La mayoría se vio extrañados ante esa petición, no entendían a qué venía eso.

Touya lo miraba de forma dura y fría pero no dijo nada.

—Hijo...

—Necesito ver que está bien, no me importa si están de acuerdo.

Era una sorpresa ver a ese príncipe, del que ya se sabía un poco la personalidad que se cargaba, hacer algo como eso con tanta convicción.

—Nosotros también queremos ir —habló Mina.

Los cuatro caminaron hasta estar detrás de Bakugo.

—Sea como sea, es nuestro amigo —alegó Kaminari.

Enji miró por un momento al rey del Este y a su hijo para luego suspirar y hablar.

—El Norte queda más cerca, creo que todos deberíamos ir.

Toshinori no tuvo problema en asentir estando de acuerdo. Pero Masaru lo pensó por un momento mientras miraba a su gente.

Casi todos estaban demasiado lesionados, incluso con el atajo de regreso sería demasiado.

—Debo informar a mi pueblo sobre lo que ha pasado —consideró.

Ante eso, Kirishima alzó la mano sin tardar llamando la atención del pelicastaño.

Batalla CardinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora