Capitulo 10

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Lia había llegado hace poco al santuario, estaba bastante satisfecha con la información que habían recolectado en La Canea. Apenas entró al templo de escorpio, su padre le dijo que quería hablar algo muy importante con ella y por un momento creyó que él había encontrado información muy valiosa o algo similar, pero ahora que se encontraba de pie frente a él, dudaba bastante de esa teoría

-Y.... ¿que querías decirme?- cuestionó al cabo de un corto silencio algo incómodo

-Encontré el anillo de tu madre, fui al santuario de Hefesto para que Calista lo analizara, no sé si aún la recuerdes.... -la joven asintió, acto seguido, Milo continuó- ella tiene una ''capacidad'' especial, por decirlo de algun modo. Puede ver la ultima vez que usaron su invento... el anillo... y puede rastrear el cosmo del dueño para ver el lugar donde esta.... La última vez que tu madre usó su argolla, estaba herida y, bueno, vimos que esta en el inframundo -un nudo se formó en la garganta de ambos- ella está....

-No lo digas- interrumpió la peliverde- solo... por favor, no lo digas

-Lia, se que te duele, a mi también

-No... es que.... ella no puede estar muerta... voy a buscarla... la vamos a encontrar.... ella no está... no puede estar muerta- dijo entrecortadamente mientras sus ojos se cristalizaban

-Lia, tenemos que entender que ella esta muerta, puede doler, pero tienes que entenderlo- trato de decirle su padre, acercandose a ella, también con los ojos llorosos

-No, no, no, no es verdad. La encontraremos, sé que lo haremos... solo necesitamos un poco más de tiempo. Podemos salir ya a buscar, en La Canea encontramos cosas utiles y....

-¡Lia!- le llamó su padre interrumpiendola- lo siento, no quise gritar, perdón..... no la vas a encontrar, ella está muerta... la perdí y no quiero perderte a ti también

-No vas a perderme- las lágrimas cada vez amenazaban más con desbordarse

-Lo sé pero no me quiero arriesgar... te prohibo salir a cualquier expedición o búsqueda- habló firmemente

-No puedes hacer eso- murmuró la joven en un hilo de voz, agachando su cabeza 

-Oh si que puedo, soy tu padre- afirmó él, creando asi un silencio que duró unos momentos hasta que Lia levantó la vista y mirandolo fijamente habló

-¿Sabes? yo creía que tú amabas tanto a mamá que nunca te rendirias, creí que aunque todo estuviera en tu contra, tú ibas a luchar para recuperar a mamá... veo que me equivoque

Dicho esto, Lia salió corriendo del templo, con las lagrimas corriendo libremente por su rostro, Milo la llamó varias veces pero ella no lo escuchó y él decidió no seguirla, darle un rato para que se desahogara. El caballero se sentó en la silla más cercana y contempló la foto que había en la mesa junto a él. La imagen mostraba a Lia cuando bebé siendo cargada por Shaina. Milo tapó su rostro con sus manos y se permitió soltar todas las lágrimas que había retenido

La búsqueda de ShainaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora