Capitulo 22

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Caminaban en un silencio sepulcral, nadie habia dicho nada desde que Alexander dio la orden de dirigirse a la montaña. La marcha era liderada por Ethan, el unico que sabia hacia donde diriguirse, de cerca lo seguia Ian, quien se apoyaba en el hombro de su hermano, Saya caminaba con Alexander tras ellos y finalmente, Lia cerraba la marcha.

Despues de que la pelirroja le hubiera lanzado la rosa a la peliverde, el unico capaz de decir algo fue Alexander, quien como el mayor de todos alli decidio ponerle un alto a la situacion. Habian pasado treinta minutos desde ese incidente. Por suerte para Lia, habia tenido razon en algo: Saya aun no podia invocar rosas con veneno, su maximo eran las espinas.

La montaña era mas grande de lo que pensaban, escalar parecia demasiado complicado teniendo en cuenta su situacion, por lo que Ethan opto por rodearla en busca de un camino menos riesgoso, los demas se limitaron a seguirlo. Una vez que pasaron quince minutos de rodear la montaña, se empezaron a escuchar suaves murmullos que poco a poco fueron incrementando su volumen.

Se miraron entre si sin saber muy bien que hacer, mediante su cosmo, el mayor les envio un mensaje a todos. ''Atentos, no hagan ruido y vayan con cuidado''. Fue lo mas cercano a conversacion. Avanzaron tal como lo habian hecho hasta ese momento, sin prisa pero con decision.

''Me adelantare'' envio Ethan segundos antes de correr hacia el lugar del que provenia el ruido, que en ese momento era imposible de ignorar. Esperaron estaticos hasta que les llego un nuevo mensaje ''no hay peligro, veo un pueblo''. Tal como el gemelo habia dicho, un pequeño pueblo se hallaba junto a la montaña, con casas de suaves colores, caminos bordeados de piedras y farolillos que continuaban apagados.

-Le preguntare a alguien donde podemos encontrar un medico- dijo Saya y avanzo hacia el interior de la que parecia la plaza central, con un amplio muro con pinturas y una fuente de piedra. No se habia alejado ni cuatro metros cuando rapidamente se detuvo en seco, con los ojos bien abiertos- chicos, deberian ver esto.

Se acercaron a ella con curiosidad y fijaron su mirada en el lugar que la pelirroja señalaba, el alto muro que tenia pinturas coloridas. A primera vista ninguno habia reparado en ella, pero ahora que la veian con detenimiento, quedaban igual de sorprendidos que la joven.

En la pared habia pinturas de flores que no reconocieron, estrellas, linternas flotantes y varias plantas mas, pero lo que destacaba no era eso. Una joven pelirroja, otra de cabello verde, una rubia, dos hombres de cabellos azules y un castaño se hallaban en el centro del mural, alzandose como minimo dos metros.

-O son nuestros padres o se parecen muchisimo- murmuro Ian apenas audible, se solto de su hermano y este giro en todas las direcciones, era practicamente imposible que aun con las armaduras, esos no fueran sus padres, necesitaba una explicacion. Se acerco rapidamente a un hombre que estaba cerca.

-Disculpe señor- dijo, llamando la atencion del mayor, que lo miro con extrañeza.

-¿Aioria?- lo miro fijo y luego rectifico- perdon, te confundi con un conocido.

-¿El del mural?- el hombre asintio- ¿de casualidad sabe si era caballero de una diosa?

-Si, de Athena. Todo esto esta consagrado a ella- explico como si fuera obvio, con una sonrisa en el rostro y al ver que el joven no decia nada mas, se despidio y siguio su camino.

-Aqui hay algo muy extraño- mascullo al volver con los demas.

-Opino que busquemos a quien dirija el pueblo, le preguntemos que es todo esto y despues vayamos por un medico- dictamino Alexander.


La búsqueda de ShainaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora