Capitulo 16

36 1 0
                                    

-Tomemos un descanso- dijo Lia deteniéndose

Los demás la imitaron, quedando todos parados a la mitad del camino. En silencio, se sentaron en el suelo, algunos recostados contra los troncos de algunos árboles, mientras Ethan sacaba algunas botellas con agua que compraron un par de aldeas atrás y se las entregaba

-Hemos avanzado toda la noche ¿vamos a buen ritmo, Lia?- cuestionó Alexander al tiempo que recibía una de las botellas

-Creo que si. Si seguimos a este paso deberiamos estar llegando a la entrada al inframundo en unos tres o cuatro dias- contestó la menor extendiendo el mapa que por suerte llevaban en la mochila

-Nada mal para solo llevar un par de horas de viaje- comentó Saya con una sonrisa

-Eso es una buena noticia... pero si seguimos recorriendo tanto camino como hasta ahora terminaremos exhaustos ¿qué les parece si dormimos un poco en el siguiente pueblo que veamos? aun si dormimos hasta medio dia seguiremos llevando buen ritmo- sugirió Dylan

-Suena bien para mi- afirmó la peliverde

Luego de algunos minutos más de descanso, reanudaron su marcha, aunque esta vez decidieron disminuir el ritmo. No hablaron demasiado hasta que llegaron al pueblo, unas horas despues del amanecer. A lo largo de la noche habían conversado bastante pero por alguna razón, ninguno había tocado el tema de lo ocurrido al salir del santuario, por lo que sus temas de conversación se redujeron considerablemente. Caminaron por el pueblo buscando un lugar donde quedarse, decidiendose por una posada cercana al mercado, no era grande pero era suficiente para dormir. Con algo de suerte consiguieron dos habitaciones, en una se encontraban los gemelos junto a Dylan, quiénes apenas terminaron de comer en la sala de la posada, fueron directamente a dormir sin mayores contratiempos. En la otra habitación, Saya llevaba un buen rato apoyada en la baranda del pequeño balcón de la habitación, su hermano había hablado con ella un rato pero la pelirroja seguía allí, ausente, alejada de todo

-¿Está bien?- le cuestionó a Ian cuando la preocupación le ganó a la paciencia

-No lo se- le respondió el mayor

-¿No lo sabes o no me lo quieres decir?- murmuró Lia sin darse cuenta del tono en que lo dijo, casi como si tuviera veneno

-No lo sé y aún si lo hiciera, yo no soy nadie para hablar por Saya. Si quieres saber algo, ve y pregunta- contestó él en el mismo tono, ambos se miraron en silencio por algunos segundos que les parecieron una eternidad -lo siento, no quise decirlo así

-Tranquilo, también lo siento, yo... fui la que empezó- murmuró desviando la mirada y soltando un suspiro 

-Entiendo que estés preocupada, pero en parte fue verdad cuando dije que no sé si mi hermana está bien- dijo en un tono bajo

-¿Porqué?

-Por todo. Hoy fue un día muy movido... y no el mejor que hemos tenido, precisamente. Escapaste sin decirnos, si no hubiéramos sospechado que harías algo como eso, ninguno habría sabido nada. Eso le cayó como balde de agua fria- explicó, pero ella aún no era capaz de mirarlo a los ojos

-Lo siento- si ya sentía culpa, aquella charla solo la estaba aumentando

-Deberias saber que hay ocasiones en las que no bastan solo las palabras

-¿Están enojados conmigo?- cuestionó regresando su mirada a Ian

-No lo creo... estarán sorprendidos pero no creo que enojados. Si cualquiera de ellos estuviera en tu lugar, probablemente haría lo mismo... Alexander incluso hubiera escapado unas tres semanas antes

-¿Y tú? ¿estás enojado?

-No... nunca puedo enojarme contigo- respondió esbozando una ligera sonrisa

-Gracias

-No hay de que

Ambos habían estado de pie junto a una de las paredes, por lo que caminaron hacia sus respectivas camas y se sentaron en ellas, quedaban uno junto al otro, separados por un metro aproximadamente

-¿Crees que deba hablar con ella?- cuestionó la peliverde frunciendo los labios

-No aún, dale su espacio

Apenas terminó de decir aquello, Ian se acostó y se dió la vuelta, dándole la espalda a la menor y a la cama aun vacía que usaría Saya. Al ver esto, Lia se decidió por dormir también, aquella no había sido una noche particularmente tranquila, por lo que estaba más cansada de lo que imaginaba. Alejada de ambos, la pelirroja continuaba en el balcón, con la mirada perdida, miles de pensamientos cruzaban su mente

¿Porqué no me dijo nada? ¿ya no confia en mi? ¿hice algo mal? ¿cómo pudo siquiera pensar en abandonarnos sin decir nada? ¿hubiera regresado pronto o no la volvería a ver nunca? ¿hubiera pedido perdón al volver o haría como que nada pasó? ¿qué va a hacer ahora? ¿alguien va a decir algo o seguiremos como hasta ahora?

No hacía más que darle vueltas y vueltas a cosas que no podía controlar, lo sabía, pero eso no evitaba que lo hiciera. Lia había estado junto a ella en cada locura o tontería que se le ocurriera, sabía prácticamente todo de ella, se criaron juntas, era sin contar a su familia probablemente la persona más cercana a Saya y quizás por eso era que le dolía tanto que la peliverde no hubiese confiado en ella

La búsqueda de ShainaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora