Capitulo 25

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Antes de que amaneciera, Lia habia salido de la habitacion que compartio con Saya, quien luego de salir no volvio hasta casi una hora despues y se acosto a dormir toda la noche. Lia recorria el pueblo, era un lugar precioso, pero se detuvo frente al mural que habian visto el dia anterior cuando llegaron.

En su hogar no habia muchas fotos de su madre, poco mas de diez, puesto que durante muchos años su prioridad fue entrenar y no congeniaba con casi nadie en el santuario. Luego, cuando tuvo una mejor relacion con los demas, empezo a tomarse un par de fotografias de vez en cuando cuando celebraban algo pero no le gustaba mucho, o al menos eso era lo que decia su padre.

Se sento en un banquillo cercano y se quedo contemplando la imagen, tan concentrada que perdio la nocion del tiempo, y cuando los rayos del sol empezaron a iluminar el lugar, vio como una anciana se acercaba a ella.

-¿Puedo sentarme?- pregunto Margarita, ella se limito a sentir y moverse un poco para que tuviera espacio- ¿Que tal has pasado la noche?

-Muy bien, gracias- respondio y ambas se sumieron en un silencio que duro hasta que la mayor noto como veia la pintura.

-¿Es cierto lo que dijeron de tu madre ayer? ¿en serio desaparecio?- le pregunto. Lia no despego la vista mientras contestaba.

-Si, en un ataque al santuario- le tomo unos segundos girarse a mirar a Margarita y cuestionar extrañada- ¿Como sabe que era mi madre? nosotros no le dijimos mas que su nombre, pudo haber sido la madre de los gemelos.

-No era necesario que lo dijeran, eres su viva imagen- cruzo sus manos sobre sus rodillas y le dedico una sonrisa.

-Es lo que dicen- se encogio de hombros.

-¿No te parece?

-Para ser honesta no recuerdo a mi madre, de no ser por las fotos, seguramente no sabria como es su rostro... Creo que en eso soy algo parecida fisicamente.

-Pues creele a esta vieja, eres como ella en mas que la apariencia- Lia la miro con intensidad, insitandola en silencio a continuar- Tienes ese brillo en la mirada cuando vez a tus amigos, el mismo que tenia ella. La manera en la que te preocupaste ayer en el medico, tu madre se preocupaba asi, cuando lastimaron a Marin, tu madre no paraba de dar vueltas como gato enjaulado justo como tu lo hiciste. Cuando caminas, lo haces con decision, con certeza, empieza a parecerse a como lo hacia ella, daba la impresion de que sabia exactamente a donde iba aun si estaba totalmente perdida... Eres mucho mas parecida a ella de lo que crees.

-Gracias- dijo y sonrio con toda sinceridad.

-No hay de que... ¿tu padre no te lo habia dicho antes?

-Solo dice que soy parecida, nada tan detallado.

-Ese Milo no tiene remedio- nego con la cabeza sonriendo con cariño.

-¿como eran mis padres cuando usted los conocio?

-¿Entre ellos? era divertidisimo ver como tu padre no paraba de invitar a tu madre a salir con el, ella siempre lo rechazaba. Hubo un momento en el que todos pensaban que moririan, tu padre no perdio la oportunidad y le dijo a Shaina que si sobrevivian, ella iria a una cita con el.

-¿Que dijo ella?

-Le robo un beso- sonrio burlona, como si hubiese pasado hace apenas unos minutos y siguiera burlandose de ellos- tus padres tenian un caracter fuerte, muy marcado, extremadamente tercos y temperamentales, pero con aquellos que eran cercanos a ellos, dejaban salir otra parte de ellos, amables y protectores. Milo era como un niño, Shaina siempre lo regañaba para que se comportara como un adulto, era como su polo a tierra. Ella, era muy seria, tu padre era el que la hacia volver a actuar como una niña... ambos se complementaban.

El silencio se instalo entre ellas mientras amanecia por completo y observaban el mural frente a ellas.

La búsqueda de ShainaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora