Capitulo 5: Luna llena, en el lago

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Así fue como mi hermano recostó a Akiro en mi cama, él a veces continuaba balbuceando algunas cosas, sus mejillas estaban perdiendo el color rosado y sus ojos cada vez que intentaba abrirle se le cerraban inconscientemente.
Se veía tan tranquilo en esa forma, la paz que emanaba aún estando borracho y medio dormido era sorprendente.

— La ventaja de esto, es que Akiro no es un borracho agresivo, déjalo dormir —me dedico una pequeña sonrisa y salió de mi habitación—.

Me arrodillé a la orilla de la cama, podía ver perfectamente cada facción de su rostro, su nariz delgada y fina, un poco chata, sus pestañas no tan cortas, el pálido color de su piel, baje la vista hasta su mano izquierda, el hilo apenas era visible, ya habían pasado muchos días desde que empezó el festival, así que comenzarían a ser invisibles de nuevo...quería saber cómo fue, ¿porque dejó que su hilo perdiera el color?
Y sacándome de mis pensamientos sentí su mano en mi cabeza mientras escuchaba su risa ronca por el sueño.

— ¿En que piensa el gatito curioso? —sus ojos estaban entrecerrados, pero se que estaba viéndome fijamente—.

— Estoy pensando en mandarte al sofá si vuelves a llamarme gatito curioso.

— Gatito salió muy agresivo, compadezco al pobre árbol. —rio nuevamente y se giró, acomodándose para volver a dormir—.

¿Árbol?...¡Idiota! No deberías recordar que estaba pateando un árbol el día que lo conocí.

—¡Keiko ayúdame a hacer la cena! —escuche gritar a mi padre desde abajo en la cocina—.

No conteste, sabía que gritar podría despertar a hilo blanco y no quería eso, quería que descansara feliz, solo salí de la habitación y baje las escaleras.

— Por favor dime que no será pollo a la crema. —dije entrando en la cocina—.

— Cállate y ayúdame —mencionó apenado, era lo único que sabía preparar y siempre lo comíamos cuando mamá no estaba—.

— Papá tengo un invitado en casa, intenta no hacer mucho ruido. —mencione comenzando a cortar algunas verduras—.

— ¿Aprovechas que no está tu madre para tener aventurillas? —el me codeo con una sonrisita divertida—.

— ¡No son aventurillas! Solo es un amigo papá y te recuerdo que soy Hetero —terminé de picar las verduras y las coloqué en un recipiente—.

— Keiko, estás en la edad de descubrirte, sabes que tu madre y yo te apoyaremos mientras seas feliz. —dejó de hacer lo que estaba haciendo y clavó la vista en mi—.

— Se que me apoyan, pero yo sigo amando a Saiko... —desvíe la mirada evitando la de mi padre—.

—...como digas, eso es todo puedes volver a tu habitación si quieres. —sonrío y siguió preparando todo— mañana vendrá a visitarnos tu abuela.

— ¿Hay algún cumpleaños? —pregunte confundido—.

—Vendrá como lo hace cada año desde que nos mudamos a este lugar.

— Ahhh cierto, desde hace 6 años. —y entonces algo conectó en mi cabeza y salí corriendo a la habitación de mi hermano—.

Si el hilo de Akiro se había roto hace 4 años y nosotros llevábamos 6 aquí, y Akiro es el compañero de Yato, Garabatos tenía la misma edad que ellos, eso significa que debían estar en la misma clase, entonces Yato ¡si sabe más de lo que me dice! Maldito perro mentiroso, ojalá se ahogue con una tapa de refresco.

— ¡Dime la verdad Yato Tendo! —grite entrando en su habitación de manera nada amable—.

— ¡No uses mi apellido de esa forma! —me reprochó cerrando su computadora rápidamente—.

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