Capitulo 2: Club de hilos rotos

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Los rayos del sol me daban en la cara directamente, me había olvidado de cerrar la ventana y cortinas antes de dormir, y para empeorar mi día apenas comenzando me sentía cansado...extrañaba a Saiko, nunca fui muy sociable, así que todos los planes de mi día a día eran con ella, debía intentar recuperarla.
Me puse de pie y me coloqué el uniforme para ir a la escuela, mis ojos tenían unas notables ojeras bajo ellos, mis labios un tanto resecos y cabello desordenado, levanté la mano y noté que mi hilo seguía siendo visible, el festival aún no terminaba Así que seguiría brillando...será un largo día y dos largas semanas.

— ¡Baja ya, llorón! —gritó mi hermano con fuerza—.

— ¡Cállate idiota! —salí de mi habitación y lancé una almohada a la puerta de mi hermano—.

— ¡Deja mi puerta en paz Keiko!

— ¡Agradece que no fue en tu jeta! —grite enojado bajando las escaleras—.

— ¡Se llama cara! Inculto.—sujeto sus llaves y salió de casa subiéndose a la moto, no tarde en subirme y sujetarme de él aún de mala gana—.

En 20 minutos ya estábamos en el instituto, baje de la moto y le lance el casco al pecho.

— Sisi ajá, De nada hermanito

— Cállate y vete —me hizo una pequeña señal que usábamos como grosería silenciosa y se fue—.

Acomode mi mochila y comencé a caminar directo a mi salón, en eso sentí un balón impactando contra mi cabeza, si ya estaba tonto, ahora estoy más, me gire y me encontré con el primo de mi nov...mi exnovia. Hasta donde recordaba se llamaba Nath o al menos así lo llamaban.

— ¡Oyeee! Ayer no te vi volver con Saiko, ¿se pelearon? Yo sé que casi nunca vas a la casa, pero siempre iban en su aniversario, esta vez no los vi y ella se escondió en su habitación al llegar, ¿pasó algo?

—Es difícil de explicar... —ví como volvía a lanzarme el balón por lo que levante la mano y se apreció mi hilo rojo...roto—.

— Ouh..así que ya terminaron... —se mordía los labios buscando como volver la situación menos incómoda.—Supongo que no quieres que tú hilo pierda color y se haga rosa...

— No conozco a nadie que si quiera.—le interrumpí y lo acepto, mi actitud estaba siendo muy mala con alguien que no me había hecho nada—.

—Puedo llevarte al club de hilos rotos, ahí conocí a mi casi algo.—sonrió tranquilamente esperando mi respuesta—.

¿El club de hilo que?

— Yo quiero a Saiko de regreso Nath...

— Pues entonces puedes unir tu hilo con alguien más mientras vuelves a conquistarla... —y me dio un codazo— ¡No seas pesimista primo, te llevare terminando las clases!

— Nath, tengo 2 años antes de que mi hilo se haga rosa y después de eso uno antes de que sea blanco.

—Mira Primito, no conozco a alguien que se confíe de esos 2 o 3 años, así que tú solo búscame a la salida y te llevaré.

Y entonces se fue a seguir jugando básquetbol...y me llamo primo, no hacia eso ni cuando salía con Saiko, que idiota que me llame así ahora, igual creo que tiene razón, debería ir a ese club.

(-.-)

Las clases habían terminado, ¿entendí algo? No, estaba más ocupado pensando cómo recuperar a Saiko debería saber que estamos destinados a amarnos, el hilo nos conecto por algo.
No deberíamos ir contra lo que dictó el hilo.
Salí del instituto y recibí otro balonazo como en la mañana...ya sabía quien era, un imbécil de cabello castaño rojizo primo de mi ex.

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