Al día siguiente despertamos, el estaba abrazándome y yo estaba acurrucado en su pecho...se sentía tan bien, cerré los ojos y aspiré su aroma.
— Buenos días gatito curioso. —su voz era ronca, como siempre que despierta—.
Beso mi frente como beso de buenos días y supe que no recordaba que lo había besado, entonces me puse de pie y sonrei.
—Buenos días Akiro —toma mi celular y vi las llamadas perdidas de Mi madre— ...
— ¿Quieres que te lleve a tu casa? —Akiro se puso de pie con una sonrisa amable—.
— Por favor. —asentí varias veces—.
— Primero tienes que cambiarte...
—¡Akiro si llegó más tarde mi madre nos va a matar a los dos!
— ¡Ya voy! —Comenzó a quitarse la pijama para ponerse algo mejor—.
Mientras se quitaba la camiseta pude ver una pequeña mancha alargada, la observé por unos momentos siguiendo a Akiro por toda la habitación.
Pero antes de poder hacer cualquier pregunta me beso la frente y sujetándome de la muñeca se apresuró a llevarme a la puerta de su casa.— Está vez iré más rápido, así que sujétate bien, ¿vale?
— Vale.
Me subí a la moto después de él y créeme que no bromeaba al decir que iría rápido, yo estaba aferrado a él con lo ojos cerrados y en menos de media hora llegamos a mi casa.
Akiro entró de primero recibiendo un almohadazo por parte de mi madre.— ¡¿Jovencito se puede saber donde estabas?! —gritó mi madre a Akiro—.
Supongo que pensó que era yo.
— Yo estaba en mi casa... —abrazo la almohada y me dejo pasar— Tranquila señora, traje sano y salvo a su retoño.
— Se tardaron mucho. —mencionó ella cruzándose de brazos—.
Y entendía que estaba preocupada, nunca pase una sola noche fuera de mi casa, si fuera Yato ya estaría acostumbrada, pero no de su pequeño Keiko.
— La lluvia era fuerte y quería evitar derrapar en la moto si lo traía de regreso, ademas era noche y la ciudad es peligrosa a esas horas.
Y mi madre lo observó enarcando una ceja de forma juzgadora. Como si quisiera saber cómo Akiro sabía de los peligros de la ciudad
— Experiencia propia. —se limitó a contestarle hilo blanco—.
Mi madre no tardó en entender las palabras de Akiro y se lanzó sobre mí abrazándome.
— Me alegra que tengas tan buenos amigos mi nene.
— ¡Mamá! Me avergüenzas.
Akiro río.
— No es nada que no haya visto antes, ademas mi madre es así. —mencionó quitándose el casco.— Bueno, debo volver a mi casa. —sonrió a mi madre.— Un gusto verla de nuevo señora. —me sonrió a mi— Hasta luego gatito curioso.
Camino hasta la puerta pero yo quería hacerle preguntas,muchas.
Y mi mamá me dio un codazo, movió los ojos a la mesa y después a Akiro, con eso bastó para entender lo que quería que hiciera.— ¡Akiro espera! —y regreso a verme- Quédate a desayunar.
— Me agrada la idea. —apoyo mi madre—.
— No quiero, me quita comida —hablo Yato que acababa de bajar—.
— Tú cállate —respondí—.
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Mi Destino Cambio De Color
Lãng mạnEn un mundo donde cada año hay un festival para saber que tan cerca estás de tu alma gemela o encontrarla. El festival de los hilos, donde el hilo rojo del destino es visible, donde puedes ver si la persona con la que estás conectaba esta cerca de t...