Capítulo 15: Lo que siento por ti

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Los eventos de ese día ya habían terminado, me tocó participar en los que más requerían correr.
Carrera de los 100 metros, carrera de relevos y  fútbol. Claro en fútbol solo me ocupaba de quitar el balón y pasárselo al capitán.

Akiro por el contrario participó en arquería, gotcha y voleibol.

Ahora mismo apenas estaba comenzando a anochecer, Akiro estaba conduciendo en su moto hasta el lago, cuando por fin llegamos lo mantuve con los ojos cerrados hasta que puse todo en su lugar.

Algunas decoraciones a blanco y negro que hice en mi tiempo libre, no era mucho pero fue lo que pude hacer en este corto tiempo, le quité la venda a Akiro.

— Te esforzaste mucho, ¿no?

— Más de lo que nunca en mi vida.

Akiro estaba viendo cada detalle de cada una de las decoraciones.

— ¿Ya puedes decirme lo que sientes por mi?

— Espera a que la luna llegue sobre nosotros.

— ¡Pero para eso faltan 15 minutos!

Akiro infló sus mejillas cruzándose de brazos.

— Yo soy el menor de esta relación, los berrinches son lo mío.

Un momento, dejó de hinchar las mejillas, se acercó más a mi y sujeto mis manos.

— ¿Eres el menor en que?

Oh mierda, ¡había dicho relación!

— N-No es que te obligue a tener una relación conmigo.

— Gatito. —soltó mis manos y sujeto mi rostro.— ¿Qué sientes por mi?

Moví un poco la cabeza hasta lograr ver la luna, ya estaba en su lugar, saqué una pequeña caja de terciopelo azul y se la abrí, había dos anillos.

— ¿Uh?

— Te amo Akiro y quiero estar junto a ti, el resto de mi vida es tuya.

Saque uno y sujete la mano izquierda de Akiro y entonces noté algo que antes no. Él tenía un anillo ya, levante la vista a él.

— Garabatos. —bajo la mirada.— Le prometí que algún día cambiaríamos estos anillos por unos de matrimonio.

Cerro los ojos y respiro hondo. Yo no decía nada.

— Y después...cuando murió, frente a su tumba le dije que me lo quitaría cuando llegara la persona correcta.

Estuve por guardar el anillo, no quería que se quitara el que le había dado su primer amor, pero el sujeto el anillo y comenzó a quitarse el otro.

— ¡No Akiro! Ponte los dos anillos.

— ¿Eh?

— ¿Estas sordo? Dije que te pongas el que te doy sobre el de él.

— Pero...

— Pero nada tonto, póntelo y promete que algún día lo cambiaras por uno de matrimonio.

Soltó una leve risilla mientras se ponía el anillo y sujetaba el que aún seguía en la caja.

— Keiko Tendo, hoy por fin se lo que sientes por mi y me atrevo a correr el riesgo por completo. —colocó el anillo en mi dedo anular. — ¿Quieres ser mi novio?

— Claro que quiero Akiro, mi tonto hilo blanco.

Me lancé sobre él para poder besarlo, él me sentó en sus piernas y sujeto mis caderas, yo le pase los brazos por el cuello.

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