Un mundo donde gobierna lo normal, ese es mi mundo, tú mundo.
Un mundo totalmente diferente donde gobierna lo insólito, dónde la magia es posible y el engaño sucede hasta de la persona en quien más confías.
Son dos mundos diferentes en los cuales...
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--¡Mierda! ¡Date prisa Agus!-- le grito saliendo del palacio a toda prisa.
--No es mi culpa que te hayas olvidado de tu novio, además odio correr-- se queja cruzando de pasillo yéndose a no sé dónde.
--Ni quien te necesite-- susurro enojada corriendo con todas mis fuerzas hacia el patrio trasero.
El viento choca contra mi cuerpo, la niebla no ha pasado y la nieve cae con fuerza cómo si quisiera avisarnos que algo malo podría suceder. No me detengo girando hacia los enormes arbustos y apenas llego dónde puedo crear un portal agito la esfera en mis manos sintiendo el incesante frío que golpea mi rostro y lo congela haciendo que todo en mí duela.
--Quiero ir a mi mundo, justo donde está Alonso-- hablo arrojando la bola de cristal al suelo y sin perder tiempo corro a ella atravesando el portal hacia mi mundo.
Tomo la esfera de cristal y apenas me levanto me giro sobre mi eje lentamente analizando mi alrededor, esta parte de mi mundo también está nevando, ya casi llega invierno y por alguna razón el clima ya es congelado.
A lo lejos solo veo la farola descompuesta del parque, a mi costado está el enorme árbol que se mueve con gran ímpetu, camino lentamente por el camino del parque alejando la nieve a mi paso.
--¡Alonso!-- grito con todas mis fuerzas buscándolo por todos lados.
Mi cuerpo parece querer quebrarse por el impotente frío y la ropa que llevo parece nula recordándome que debería haberme abrigado mucho mas. Camino por los juegos del parque esperanzada que esté en uno de ellos sin embargo no encuentro nada, paso por las bancas del parque enfocando lo mas que puedo sin que la nieve me caiga en los ojos pero no encuentro nada. Cansada por mi fatal búsqueda camino hacia el gigantesco árbol y aunque está mojado decido recostarme en él.
Saco mi celular de mi bolsillo y como puedo me controlo un poco dejando de temblar para así desbloquear mi teléfono, subo rápido hasta encontrar la opción de contactos y rápido me aparece favoritos dónde me llevo la sorpresa que en número uno sigue Verónica, había olvidado eliminar su número y hasta ahora me doy cuenta. Ignoro su horrenda foto y voy directo al segundo donde un muy alegre Alonso aparece comiéndose un durazno.
El teléfono suena una, dos, tres veces y cuando pensé que llegaría al 4 y se terminaría el tiempo alguien responde escuchando un "ho...... Ho..... Hola"
--¡Alonso! ¿Donde estas amor?-- pregunto rápido levantando la mirada por si de casualidad aparece cerca de mi.
--Llegas tarde, bonita-- susurra sin parar de titiritar
--Perdón, en verdad lo siento-- susurro bajando la cabeza
--No te preocupes, estoy bien--
--¿Puedo saber dónde estás?-- pregunto triste haciendo una mueca con la esperanza a flor de piel
