Maratón 3/3
Angelique.
Estaba inquieta, nerviosa y confundida, no procesaba lo que había ocurrido hace unos treinta minutos. Había huido del bombardeo de preguntas de Fiorella cuando Danielle cruzo la puerta de la casa, escabulléndome en la recamara.
Por supuesto que eso no fue un impedimento para mi querida e intensa amiga, no, por supuesto que no.
Había notado mi actitud extraña y como pudo me saco todo lo que había pasado en su ausencia.
No sabía si contárselo o no, temía por su reacción. Pero al final decidí hacerlo, pues tarde o temprano lo sabría.
Fiorella se puso tan furiosa que sus mejillas se habían teñido de rojo, nunca la había visto de esa manera. Decía que Danielle se creía superior por su belleza, y que se la quitaría dándole un sartenazo en el rostro con el sartén de la abuela. Lo menos que quería era un escándalo por un simple beso, podía llegar a oídos de Louise.
Decía que estaba molesta con él, pero en el fondo también sabía que conmigo, ¿Por qué? No lo sé. Desde que lo supo su actitud se volvió un poco fría y seca.
Si a ella le había molestado tanto como para ponerla en esa manera, querría decir que era más grave de lo que me imaginaba, pero ¿saben que es lo peor? Que no me siento culpable, bueno, es complicado me siento culpable por yo quería el beso, mas no culpable porque lo haya hecho ¿si me explico? Dios, soy un completo lio.
Lo había deseado, había deseado ser besada por Danielle, sabía que estaba mal, pero estúpidamente me sentía atraída por él. Más bien creo que en vez de eso, era que estaba deslumbrada por su belleza inusual, de alguna extraña manera su actitud también, no le temía a nada y era impulsivo.
Todo lo contrario a Louise que se pensaba demasiado las cosas. Louise...Me sentía mal por él. Hablando de él, había leído la carta que me había enviado:
Mi querida Angelique, no sabes cuánto te he echado de menos. Estoy arrepentido de no haberte traído conmigo. He estado todo el día en el área de construcción, tanto que ni siquiera me ha dado tiempo de escribirte. Llego a casa tan cansado que ni siquiera me cambio, solo duermo, duermo y duermo, para volver a lo mismo el siguiente día. Extraño escucharte y sentirte a mi lado al despertar por las mañanas.
Estoy tratando de hablar con Filiphe para que siga con la supervisión el mientras yo regreso a casa, ya quiero verte.
Con amor tú querido esposo.
Louise a veces era tan cursi que podía venderlo como un dulce. Rápidamente busco una hoja y una pluma para responder, tratando de tranquilizarlo y conversarlo con mis palabras, para que no volviera tan pronto. No quería volver a casa aun.
Querido Louise, también te he echado de menos. Debes estar muy cansado, entiendo que no me hayas escrito no te preocupes por mí, estoy bien. La abuela me está enseñando a esculpir con cerámica y me distraigo mucho. No dejes las cosas a medias, debes quedarte si quieres un buen trabajo, se lo perfeccionista que eres no dejes tus deberes aun lado solo por mí.
El tiempo pasa rápido recuérdalo, aquí estaré esperándote.
Con amor Angelique.
Aun no me acostumbraba a llamarle esposo o auto llamarme ''esposa''. Espero que con esta carta se le zafe la idea de venir pronto.
Dure toda la tarde pensando en Danielle ¿qué era lo que tenía para térneme así? Solo había sido un simple beso, un simple roce, nada más allá de eso.
Debía averiguar qué era lo que tanto me atraía a él como un imán, pero debía ser discreta ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?
La abuela decía que debía encontrarle el camino a las cosas, o una opción alternativa, y creo que yo ya tenía la mía.
Nota:
El narrador omnisciente está libre en este capítulo. Xoxo.
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El Gigoló Francés
RomancePensaba que era cómodamente felíz, con un buen esposo, un hermoso hogar y un buen estatus. Pero ese pensamiento se desvaneció cuando conocí al Gigoló Francés. Quien me llevó por el camino de la tentación, ahora yo me pregunto ¿tendrá este salida?