La boda entre Eva Rosier y Tom Ryddle era lo más esperado del año. La crema y nata de la sociedad mágica había asistido para contemplar el gran evento de la unión del hombre más poderoso con la que lo había ayudado a ascender al poder.
Como padrino se encontraba Theodore Nott y como madrina Eileen Prince, teniendo como dama de honor a la esposa de Abraxas Malfoy. Mientras que la gente se colocaba en sus lugares en el enorme salón principal de la Mansión Ryddle, Eva terminaba de arreglarse en su habitación cuando la puerta se abrió y por ella ingresaron sus padres y hermana.
—¿Se puede saber que haces vestida así?—pregunto su madre con indignación al ver su vestido.
—Yo tengo una mejor pregunta, ¿Qué hacen ustedes aquí?—dijo Eva con enfado, cruzándose de brazos.
—¿Cómo que que hacemos aquí? ¡Venimos a ver tu boda!—exclamó su padre con enfado.
—Creo que se equivocan, ustedes nunca fueron invitados.—informó Eva con frialdad.
—¡Somos tu familia!—reclamó su madre.
—¡Ustedes nunca fueron mi familia!—grito Eva.— ¡Mi familia son Tom, Theo y Eileen! ¡Ahora, lárguense! ¡Guardias!
Cuatro mortífagos ingresaron a la habitación y tomaron a sus padres de los brazos, sin embargo, antes de que estos pudieran tomar a Druella también, ella alzó una mano en alto y dijo:
—Siempre te deteste, Eva, me creí superior a ti, pero admito mi derrota.—sentenció con frialdad.
Dicho esto, salió de la habitación sin decir nada más y los guardias sacaron a los padres de Eva, quienes despotricaban en su contra. Ella suspiro pesadamente y tocó su vientre con suavidad, intentando relajarse. Mientras tanto, en el salón principal, Tom contemplaba todos los adornos y a los invitados llegar desde su lugar en el altar, mirando de vez en cuando hacía la entrada.
—Relájate, no debe tardar en venir.—dijo Theodore.
—No estoy nervioso.—replicó Tom fingiendo indiferencia.
—Ajá, sí. Que te lo crea quien no te conozca.
En ese momento la música comenzó y todos se levantaron. Apareció el pequeño Lucius Malfoy de cinco años, primogénito de Abraxas, con una canasta de pétalos de rosas que fue esparciendo por la alfombra y poco despues de él ingresó Eva sujetada del brazo de Abraxas.
Todos los presentes jadearon de asombro al ver que la joven usaba un precioso y elegante vestido amarillo digno de una princesa. Parecía sacada de un cuento de hadas muggle, luciendo completamente hermosa y llamativa.
Sonriendo, Eva camino a lo largo del camino con una gran sonrisa. No podía creer que iba a casarse y mucho menos que fuera a hacerlo con Tom Ryddle, pero pensar en su hijo y en su matrimonio no la podía hacer más feliz.
Cuando llego hasta Tom, Abraxas le entregó la mano a este con una sonrisa y se colocó junto a Theodore cuando ella se hubo colocado junto a Tom. Este le sonrió y apretó su mano con cariño.
—Luces preciosa.—afirmó Tom.—¿Vestido amarillo?
—Que te digo, soy una Hufflepuff.—respondió Eva, juguetona, encogiéndose de hombros.
—Mi dulce Hufflepuff.—dijo Tom con una sonrisa de lado.
Si a Eva o a Tom les preguntaran como había sido la ceremonia de su boda, ninguno de los dos podría haber contestado, pues Eva estaba tan ansiosa y risueña que no presto nada de atención a las palabras de quien los casaba por compartir sonrisas furtivas con Tom; y este, en cambio, no presto atención por el mero hecho de que no le importaba nada más que el hecho de que Eva estaba ahí a su lado a punto de convertirse en su esposa.
—...y por el poder que me confiere la magia, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.
Tom no se hizo del rogar y rapidamente junto sus labios a los de Eva, quien sonrió risueña siguiéndole el beso, ignorando los gritos de jubilo de los invitados detrás de ellos. Theodore, por otra parte, aplaudió y se colocó ante todos haciendo aparecer una copa de champaña para los invitados.
—¡Por Tom y Eva Ryddle!—exclamó contento.
—¡Por Tom y Eva Ryddle!—exclamaron los demás.
Durante el vals, Eva bailaba recargando el rostro en el hombro de Tom con una expresión tranquila y dichosa. Muchas parejas los imitaban, como por ejemplo Theodore y su novia Samara Lumiere, una francesa sangre pura que estaba embarazada de cinco meses.
Al verlos, Eva no pudo evitar que su mente viajara hasta el recuerdo de su prima Euphemia, quien debía tener el mismo tiempo de embarazo que Samara y se cuestionó como iría su embarazo. Esperaba que estuviera todo bien. Acarició discretamente su vientre.
Negó ligeramente con la cabeza y decidió disipar esos pensamientos de su cabeza. Ciertamente Euphemia era alguien muy importante para ella, pero hoy era su día especial, se sentía feliz y completa y era hora de decidir ser feliz con las personas que se habían quedado a su lado, aceptando quien era ella. Lo sucedido con Euphemia era triste, pero todo al final fue por decisión de ambas, Euphemia por cortar la relación y Eva por decidir no insistir. Y ella no iba a ser quien se arrepintiera de su decisión.
—Salazar.—dijo de pronto Tom.
—¿Perdón?—lo miró confundida.
—Me gustaría que nuestro hijo se llamara Salazar, en honor a mi antepasado. Aunque si tienes alguna otra idea, no me opongo.—explicó acariciando su cintura con suavidad. Eva soltó una ligera risa.
—Le harán bullying a nuestro hijo, pero acepto. —asintió divertida— Salazar Theodore Ryddle.
—¿Theodore?—pregunto confundido.
—Sí.—afirmó con seguridad.— nuestro terapeuta y niñera personal merece algo de crédito, así que nuestro primogénito debe tener algo de él.
—Suena razonable—sonrió.— Salazar Theodore Ryddle...es un muy buen nombre.
—Siendo hijo nuestro, claro que lo es.—afirmó Eva.
Tom hizo girar a Eva sobre su propio eje y mientras daba la vuelta, Eva vio algo que la hizo detenerse. Se separo de un confundido Tom y caminó hasta el jardín de la mansión, mirando a todos lados.
—¿Qué ocurre?—pregunto Tom llegando hasta ella.
—Me pareció...ver a alguien vigilándonos, pero no lo identifique.—dijo Eva con el ceño fruncido.
—Tranquila. Hay mucha gente hoy, quizá no haya sido nada.
—Sí...tienes razón. Volvamos a la fiesta.
Eva lo tomó de la mano pero Tom la jalo hacía el, abrazándola de la cintura.
—Te amo, Eva...Tu me hiciste amar.—susurró mirándola a los ojos.
—Te amo, Tom...Gracias por elegir amarme.—susurró ella.
Y ahí, la noche de su boda, en las afueras del jardín, Tom y Eva Ryddle sellaron nuevamente su amor con un beso.
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Dark Lady [Tom Ryddle]
Fanfiction"Detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer" Tom Ryddle x Oc Fem. Hermosa portada hecha por @HyunJack