Dark Lady [Tom Ryddle]

Capitulo 17

Quedar embarazada ciertamente no estaba dentro de los planes de Eva Rosier, en realidad, la idea de tener hijos había desaparecido de su mente desde el preciso instante en que se unió a Tom Ryddle en su, ahora no tan loca, idea de conquistar el mundo. 

Cuando ella era más joven, solía fantasear junto a Euphemia el que ambas se casaban, tenían hijos y serían mutuamente las madrinas de estos, criándolos como hermanos...claro que en ese entonces ella pensaba que se casaría con Cygnus Black, sería una ama de casa dedicada viviría por cuidar a sus hijos y esposo. 

Suspiro pesadamente y miro sus manos. El sol apenas estaba saliendo, era demasiado temprano, pero no había podido dormir muy bien desde anoche cuando descubrió que esperaba un hijo de Tom Ryddle.

De repente, un enorme nerviosismo invadió su cuerpo. Estaba esperando un bebé del Señor Tenebroso, de la persona más poderosa en todo el mundo...¿Qué pasaba si el no quería al bebé?¿Qué pasaba si le pedía abortar? ¿Cómo pelearía contra él? ¿Pero estaba ella segura también de tenerlo? 

Era verdad que no creía que ese fuera un buen momento para tener un hijo, pero tampoco estaba muy segura de abortarlo. Ella no tenía nada en contra del aborto, en realidad, estaba muy a favor, pero...¿sería una buena opción para ella? ¿Quería deshacerse de su hijo?

No.

Definitivamente no quería.

La puerta de su habitación se abrió y por ella ingresó Tom cargando una bandeja llena de comida. Sin decir nada fue hasta la cama y colocó la bandeja en las piernas de Eva y se sentó a su lado. Ella se mantuvo con la vista fija en los alimentos mientras que el veía fijamente su rostro.

—¿Cómo te sientes, querida?—pregunto suavemente.

Eva no supo que responder así que simplemente asintió. Tom le tomó la mano pero ella se zafó con suavidad del agarre. Este asintió y besó su frente, levantándose.

—Tengo que ir al ministerio...volveré en la noche. Cuídate.—miró su vientre y carraspeó.— Cuídense. No dudes en hablarme si...necesitan algo.

En cuanto la puerta se cerro y escucho los pasos alejarse, Eva dejó salir un largo suspiro y se recargo en la cabecera de la cama. ¿Tom trayéndole el desayuno a la cama y diciéndole que se cuiden? El mundo se había vuelto loco desde anoche.

Dispuesta a tranquilizarse un poco, decidió comer en completo silencio. En un punto, se regaño a si misma por ser tan imprudente, pues era más que obvio que estaba embarazada. Llevaba vomitando desde hace ya semanas y ahora descubría que tenía tres meses y medio de embarazo. ¿Cómo había sido tan tonta de no prestar atención a las señales de alerta?

La puerta de su habitación volvió a abrirse y por ella ingresó Theodore sonriente con una bolsa de dulces. Tomó la silla de su escritorio y la colocó a lado de su cama, sentándose cerca de ella.