Capitulo 10

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Las calles de Nueva York eran preciosas, aunque la verdad Eva prefería mil veces su amado Londres

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Las calles de Nueva York eran preciosas, aunque la verdad Eva prefería mil veces su amado Londres. Era una persona nacionalista, que podía decir. A pesar de el verdadero motivo de su visita a La Gran Manzana, Eva, Tom y Theodore se convirtieron en unos jovenes por esa tarde y habían turisteado por la ciudad con extremo interés.

Theodore, quien era un amante del arte, los hizo visitar al menos tres museos distintos; Tom, por otra parte, tuvo un gusto culposo con la literatura muggle y, sintiéndose en confianza entre sus dos personas más allegadas, fueron a las más grandes librerías del lugar, donde compro una enorme variedad de libros; Eva, en cambio, lo primero que hizo fue comprar una cámara y tomar muchas fotos de los lugares a donde iban y a su vez tomó fotos de ellos tres. Eran pocas las veces que parecían ser lo que eran, unos jovenes, y estaba feliz de que esa experiencia estuviera resultando placentera.

Lastimosamente, nada es eterno y cuando el reloj marcó la media noche, Eva supo que era momento de que partieran. Iban a reunirse ante varios magos importantes, influyentes y poderosos para que se unieran a las tropas de Tom como sus mortífagos, pero para eso tendrían que convencerse de que Tom Ryddle era más que un joven adulto. 

Tomados de la mano, Tom los hizo aparecer en lo que Eva pudo describir como una especie de gigantesco coliseo subterraneo. Eva tuvo que sujetarse fuerte a la mano de Tom al ver que en ese lugar había más que solo unos cuantos magos, ahí estaban fácil más de cuarenta mil magos de todos los tipos, negros y blancos, altos y bajos, delgados y gordos, elegantes y harapientos. 

—Merlín...—murmuró Eva temblando de pies a cabeza.

—Mantén la cordura, Eva.—susurró Tom con seriedad y la soltó, colocándose al frente de todos junto a Theodore.

Quedando Eva detrás de ellos, la muchacha intentó encogerse en su lugar ante el escrutinio a los que era sometida de parte de todos los presentes. Trago hondo y deseó internamente que todo saliera bien. 

Tom sacó su varita e hizo aparecer un enorme fuego azul alrededor de donde estaban. Todo el mundo comenzó a aplaudirle a Tom, quien no pudo evitar que una sonrisa de lado aflorara de su rostro, en cambio Eva se sintió más relajada al ver que el público lo aceptaba. Tom alzó las manos para que dejaran de aplaudir y comenzó a hablar:

—Muchas gracias a todos por tan atento recibimiento. Todos saben porque estamos aquí...para contarles mi visión del futuro y el como yo, ascenderé al poder con ayuda de ustedes.

Conforme Tom iba hablando, Eva contempló asustada como en realidad la gente no parecía estar muy contenta con el idealismo de Tom, quien ya se encontraba tensó ante la falta de apreció del público que ahora parecía mirarlo con irritación. 

Eva miró a Theodore, pero este se mantenía cerca de Tom con la varita fuertemente agarrada por si era necesario atacar en cualquier momento. De pronto, Eva vio como algunas personas se levantan y siguiendo a sus impulsos, camino hasta el frente, interrumpiendo a Tom y colocándose ahora ella frente al público, quienes, por respeto, aplaudieron ante su aparición.

Dark Lady [Tom Ryddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora