SOME (CITRUS)

EL PASADO SIEMPRE ALCANZA (1)

En el justo momento en que Yuzu besaba a Mei, alguien observaba, sacando su celular tomo una foto y texteo de forma rápida: "Aihara es más interesante de lo que previo, mi señor". La respuesta fue una llamada que respondió de inmediato.

-Ordene, mi señor. -dijo el hombre.

-Tardara un tiempo aquí, no mucho pero lo suficiente para desesperarme. Hazme el favor de seguirles el paso. -se oía cansado pero interesado.

- ¿Qué tanto?

-Lo suficiente como para saber cada cuanto tarda en el baño Mei Aihara, ¿soy claro?

-Por supuesto. Mi señor, ¿qué hay del joven Yuzuko? -cuestiono alejándose de allí.

-Oh, oh... mi nieta no dará problemas más que interferir, no ahora que mi interés en Aihara es más personal. Cuando regrese a Tokio, se hará a un lado, como siempre, después de todo mi hija es una estúpida que obedece lo que le diga.

-Mi señor, pero el joven Okogi-

-Si llega el momento de que su rebeldía sobrepasa la paciencia y el límite, tendrás que deshacerte de ella como lo hiciste de Luka, ¿entendiste, Katsumoto? -le interrumpió con irritación. -No tolero estupideces y menos el error que cometiste hace ya dos años.

-Mi señor, debe entender que aunque no encontráramos el cuerpo, no significa que siga vivo. Su cuerpo cayó al mar, por lo que-

-Katsumoto, quiero al menos el maldito cráneo pútrido de ese imbécil de Luka pronto. -le interrumpió silbando de colera. -Alguien esta jodiendome los negocios que casualmente sabia él. Ahora si junto que falta el cuerpo, sin tener las evidencias que tiene contra mí, el faltante de no menos de cien millones de dólares y, ahora, tengo que ver como mis malditos negocios están yéndose a la mierda de la nada. Esto no es algo ya que pueda tomarse a la ligera; vigila a esa zorra de Aihara, a la estúpida de mi nieta y tráeme el jodido cadáver podrido de mi nieto o yo te hare conocer el puto infierno en vida, ¿he sido claro?

La demanda llena de un tono rígido y tajante mostraron a Katsumoto un adelanto de lo que le esperaba si llegara a fallar siquiera un poco en los encargos. Trago saliva y se acomodó el cuello de su traje como si este lo ahorcara con demandante gesto de una piton avisando que sería asfixiado para ser devorado.

-Llo... lo entiendo, mi señor. -dijo tragando pesado.

-Perfecto. Ahora, te mostrare un poco de mi generosidad; tienes hasta que yo regrese a Tokio para tenerme el cadáver y el nombre de quien putas es el pendejo que se está metiendo en mis barbas y... lo de Aihara son reportes constantes así que eso es como un receso.

Katsumoto regreso su mirada a Yuzu y Mei que se miraban estúpidamente y el pobre diablo en el suelo no sabía si pedir que le llevaran a la enfermería o romperle la cara a Yuzu.

-Bueno, espero que mejores. Hasta pronto~~

Él término de la llamada sin esperar a nada más. Katsumoto se sintió apesumbrado y en lugar de regresar a donde Yuzu y Aihara, decidió irse por el momento y descansar por última vez. Ya estaba a un metro de donde termino la llamada cuando escucho el murmullo de una canción, se detuvo y encontró en la jardinera acostado al velador del campus. La gorra le cubría la frente hasta el inicio de la barbilla con prominente vello, un gran hilo de saliva se escurría hasta llegar al pasto y roncaba un poco más alto que la música de la banda AC/DC tocando back in black. Katsumoto torció la boca y sintió un repentino odio y desprecio junto a tristeza y envidia al diablo tirado en el césped durmiendo con la satisfacción que su deficiente trabajo le daría una paga suficiente para conseguir lo indispensable.

-Mi madre dijo que las personas como tú eran mierda en zapato; no vale nada pero como se pega. Obedece a los adecuados y vivirás como rey... -soltó una risilla desquiciada. -Esa maldita gorda hija de puta no sabía lo que decía, si a ella le gustaba chupar pollas no significa que todos lo busquemos, ¿no? -le dijo al hombre que parecía dormir más profundamente. -Te envidio, maldita sea, ojalá me gritaran para no dormirme en el trabajo como tú y no por no asesinar bien a un mocoso con complejo de héroe.