POCO A POCO

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Con lo que podía decirse que era una relación normal y amistosa, Mei observo por quinta vez el reloj. Era raro, sentía que era una mocosa patética dándole vuelta a la habitación mientras la programación de ayer hablaba en alto. Apretó los dientes y arrojo el móvil a la cama.

-Ya no lo entiendo. -dijo apretando el cuerpo para no gritar.

Paso dos horas y decidió irse a dormir. Apago el televisor y se ducho con la sonata de una canción que escucho en esos días que le daba el ánimo y la hundía a la par; esas canciones que describen tu agónica vida sentimental y solo con el ritmo te elevan mientras la letra te jode las bolas.

Salió despacio, como si le diera tiempo a que el celular vibrara anunciando mensaje. Se puso el pijama de otoño y poco a poco se metió en la cama, estaba dejando caer el móvil en la mesita de noche cuando este vibro alegre mensajero y parpadeo. Mei sonrió aliviada y de inmediato leyó el mensaje.

"Buenas noches, preciosa,

¿Estas aun despierta? "

Miro el reloj, era un poco pasadas de las 11 de la noche y usualmente desde las diez que estaría pacíficamente durmiendo. Frunció el ceño y tras pensar lo que haría se limitó a responder fríamente.

"Lo estaba, hasta que

Me despertaste "

Suspiro, ese mensaje se miraba sospechoso y estúpido. Estaba por intentar otra cosa cuando recibió respuesta.

"Haz de tener sueño liviano,

como el de una anciana "

Mei apretó la boca, no entendía como era que había esperado mensaje de Yuzu como todos los días desde hacía tres semanas. Suspiro y dejo el móvil en la mesita para dormirse. Su móvil vibro unas cinco veces hasta que se detuvo. Mei estaba por realmente dormirse cuando el timbre de llamada la asusto tanto que la hizo dar un brinco y liberar un grito.

Lo tomo de inmediato y contesto.

"Oye, lamento llamarte anciana, no tenías que dejarme en visto" dijo Yuzu con voz decaída y burlona.

-Me quede dormida. -se defendió fríamente Mei mientras sonreía tímidamente por la llamada. -No sé si te sepas que no eres muy importante como para desvelarme, Yuzuko.

Del otro lado de la línea se escuchó la risa divertida de la rubia y un suspiro conforme mando un hormigueo al oído de Mei.

"Que cruel eres, señorita Aihara~~ así no conseguirás novio."

- ¿Para qué querría uno? -replico mordiéndose las ganas de aclarar que lo suyo no eran realmente los hombres.

"Mm, ¿para tener sexo?"

El tono liviano y despreocupado de Yuzu hizo que Mei se atragantara con su saliva y tosió fuertemente. La rubia volvió a reírse y espero a que Mei la censurara.

- ¡Como puedes decir eso de forma despreocupada! -le dijo alto.

"Bueno, no es como si el ser humano no estuviera guiado por el instinto sexual, señorita Aihara. Ya sabe, es uno de los conceptos del psicoanálisis que dice- "

- ¡Eso ya lo sé! -la interrumpió en verdad azorada. -Mira, es tarde y no estoy para desvelarme escuchando a un adulto joven hablar de sexo, ¡adiós!

Yuzu volvió a reírse.

"Adiós, señorita Aihara-mojigata"

Quien colgó primero fue un empate.

SOME (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora